Y ante ciudadanos reunidos en Villa Jalupa, dónde se realizó la Jornada de Atención al Pueblo, el mandatario reiteró su determinación de no pactar con delincuentes. Eso no es un asunto de Estado, ni mucho menos el camino para pacificar Tabasco.
No lo hará por varias razones: tiene toda la legitimidad y autoridad moral que el pueblo le confirió el dos de junio; es un hombre de principios, honesto e íntegro, no es corrupto ni tiene cola que le pisen como otros; cuenta con el respaldo de todo el aparato de seguridad federal para recuperar la paz y devolver la tranquilidad a los tabasqueños, que hasta hace unos meses estaba prendida de alfileres, y, por supuesto, tiene todo el apoyo de la presidenta Claudia Sheinabum Pardo.
“Ellos quieren mandar, quieren imponer su forma de gobierno, pero no vamos nosotros a pactar con la inseguridad. Las fuerzas de seguridad avanzan y se están teniendo resultados en favor del pueblo, por lo que pido confianza a la ciudadanía, los hechos de violencia que suceden son por reacción a que las autoridades están afectando a quienes cometen actos delictivos", aseveró el mandatario.
El lunes se logró contener la escalada delictiva. Hubo una reacción inmediata que evitó la propagación de los disturbios. Las fuerzas de seguridad actuaron con diligencia, aunque vimos en redes sociales a ciertos periodistas desgarrarse las vestiduras y colocar la leyenda de falso a las versiones periodistas que daban cuenta de detenciones de los responsables de esas acciones delictivas.
Esos comunicadores carecen de toda credibilidad. Su labor es propagar noticias falsas o magnificar los sucesos violentos para defender a quien hasta hace muy poco los tenía en la nómina del gobierno, que un tal “Caliche” pagaba mes con mes.
Quieren defender lo indefendible: que el crimen organizado controlaba la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, cuando estaba bajo el mando del denominado “Comandante H”, uno de los líderes de La Barredora, a quien los medios nacionales identificaron con Hernán Bermúdez Requena.
En ese tiempo esos “periolistos” callaban como momias so pena de no cobrar su chayo mensual con “Caliche”. Son los mismos que atacaron a Javier May antes y durante el proceso interno, tanto nacional como estatal de Morena.
Ahora en el gobierno, los ataques disfrazados de notas periodísticas o de “análisis”. Basta echar un vistazo a sus redes para saber de quiénes estamos hablando. Elaboraron un comparativo para tratar de limpiar la imagen del gobierno anterior, manchada por esas relaciones de complicidad con grupos delincuenciales a los que dejaron crecer y adueñarse de la plaza.
Dizque los primeros 30 días del gobierno de Javier May Rodríguez son similares en cuanto a resultados a los que logró la gestión de Adán Augusto López Hernández en ese mismo periodo.
Esta especie de panfleto ha circulado profusamente en redes virtuales y en grupos de WhatsApp por los periodistas muchos bajo una nómina secreta. Y por lo visto se trata de una consigna acatada sin recelo. No se mencionan nombres para no personalizar ni darles más atención de la que merecen, sino simplemente se trata de exponer un hecho cierto y su intencionalidad.
Está más que clara cuál es la intención de los autores de esta sesuda idea: sembrar la percepción de que así como Javier May combate la inseguridad lo hacía su antecesor, pero eso ya no se lo traga nadie, después de toda la podredumbre que ha salido con los operativos realizados por las fuerzas federales y estatales, que hoy sí están en sintonía y del lado correcto de la historia.
Por eso tiene relevancia lo que dijo el gobernador ayer en Jalupa, a propósito de las presiones de los grupos delictivos: “Ellos quieren mandar, quieren imponer su forma de gobierno” en esta administración, pero no será posible por muchos desmanes que cometan. Javier May no es igual a quienes sí pactaron con ellos. Hay una gran diferencia y eso el pueblo lo sabe y por eso lo respalda.