Es de los pocos gobernadores que se ha tomado en serio la tarea de abatir la inseguridad, reducir la incidencia delictiva. No es pan comido ni un día de campo por lo intrincado y nebuloso del asunto y los pactos secretos que propiciaron la escalada de violencia en el territorio estatal.
Tan en serio que todos los días encabeza las Mesas de Coordinación para la Paz y la Seguridad, ya sea en el ámbito estatal como en el municipal. Acude a los municipios para presidir esa mesa e involucrar a los alcaldes en el tema de la seguridad, que es un asunto que atañe a todos los órdenes de gobierno.
Al respecto, la presidenta señaló ayer en la “mañanera del pueblo” que May Rodríguez está presente en los 17 municipios del estado, mientas que otros gobernadores “van una vez a la semana” a revisar las estrategias de seguridad en las localidades de los estados que gobiernan.
Es muy distinto cuando un gobernador o gobernadora encabeza los esfuerzos de seguridad a cuando los delega en otros, dijo la doctora Claudia Sheinbaum. Si no hubiera sido por ella, no nos hubiéramos enterado que el jueves pasado May Rodríguez estuvo presente en la reunión del gabinete de seguridad federal, que de lunes a viernes se reúne a temprana hora en Palacio Nacional.
El líder de los constructores del estado, Carlos Villegas Adriano, expuso el jueves último que al gobernador se le debe otorgar un voto de confianza en el combate a la inseguridad, así como a las fuerzas federales y estatales encargadas de abatir la incidencia delictiva.
“Hay que dar un voto de confianza para que vaya asentándose la estrategia de seguridad” implementada por el gobierno de Javier May.
Legisladores locales también han reconocido que se ha avanzado en esta materia con la detención de uno de los implicados en el ataque mortal en un bar de esta ciudad y la ubicación de tres sospechosos más.
SÍ FUNCIONA
La estrategia seguida por este gobierno sí está funcionando. Un dato que demuestra lo anterior es la baja que hubo el mes pasado en incidencia delictiva. Según cifras oficiales reportadas por la Fiscalía General del Estado y la plataforma del Sistema Nacional de Seguridad Pública se reportaron en noviembre 3 mil 554 delitos menos que meses anteriores.
Inclusive, esa cifra no iba a la baja desde febrero pasado, que fue el mes en que menos delitos se cometieron en el estado, 3 mil 389 ilícitos. Por supuesto que no es para echar las campanas al vuelo. Falta mucho por hacer, porque los homicidios dolosos se mantienen al mismo nivel desde hace meses, pero se va en la dirección correcta.
Esto se debe, en gran medida, por la disputa entre las bandas que operan en suelo tabasqueño por el control de actividades ilícitas que les reditúan jugosas ganancias, como el huachicol, el narcomenudeo, el tráfico de migrantes, la extorsión, entre otras.
Todos los días amanecemos con noticias de que un individuo es ejecutado en tal comunidad, poblado o que restos humanos son hallados en tal paraje, camino o en otro lugar. En la mayoría de los casos dejan narcomensajes de amenazas o advertencias de un grupo criminal hacia otro.
Ese es, lamentablemente, el pan de cada día. Lo que pasó en el bar donde murieron seis personas, no fue un ataque directo a la población civil, sino intercambio de disparos entre dos facciones.
Los sicarios que iban a ajustar cuentas a una pareja. Los pistoleros no sabían que el objetivo traía escoltas, quienes salieron en su defensa y se originó el tiroteo con resultados funestos, por desgracia pagaron justos por pecadores.
Se han redoblado esfuerzos por abatir los índices de inseguridad en todos los rubros. El próximo año se destinará más de tres mil millones de pesos a la seguridad, una cifra sin precedentes. Por ello, hay confianza de que se obtengan mejores resultados a partir de 2025. Por el bien de todos, tiene que ser así.