Estas acusaciones buscaban cuestionar las estadísticas oficiales que reportan una disminución en la incidencia delictiva, particularmente en homicidios dolosos. Sin embargo, la investigación determinará que se trata de un caso de feminicidio, y el presunto responsable, el esposo de la víctima, ya fue detenido.
El cuerpo de la mujer, de aproximadamente 29 años, fue encontrado en un predio baldío en la ranchería Gregorio Méndez, en Villa Vicente Guerrero, Centla.
Presentaba visibles huellas de violencia: estaba suspendida de un árbol, con el rostro cubierto con cinta adhesiva, las manos atadas y vestía una bata azul con flores multicolores, según reportes periodísticos.
La escena, ubicada a 200 metros de un jardín de niños, fue descubierta por un campesino que alertó al delegado municipal. La víctima, originaria de la ranchería Limón, cuidaba a un adulto mayor, presuntamente su padre, y había desaparecido desde el lunes anterior al hallazgo, ocurrido el martes. El padre de la víctima señaló al esposo como responsable, lo que llevó a su detención ese mismo día.
A pesar de estos hechos, algunos medios y figuras públicas insistieron en vincular el crimen con la delincuencia organizada, utilizando el caso para acusar al gobierno estatal de inseguridad y desacreditar los datos oficiales que muestran una reducción delictiva.
Estas narrativas, difundidas en redes sociales y acompañadas de rumores, carecieron de rigor periodístico y contribuyeron a la revictimización de la mujer asesinada. Además, se amplificó una declaración del secretario de Gobierno, José Ramiro López Obrador, quien en un intercambio con reporteros pidió “bajarle” al tema, lo que fue usado para generar críticas al gobierno.
La violencia familiar en Tabasco es un problema grave y persistente. Según la Fiscalía General del Estado (FGE), entre 2018 y 2023, los casos aumentaron un 17%.
En 2021, el Observatorio Ciudadano reportó 7 mil 791 casos, un 20,8% más que los 6 mil 445 de 2020. Entre 2010 y 2018, se registraron 31 mil 747 denuncias, con un incremento anual constante: de 2 mil 107 casos en 2010 a 6 mil 596 en 2017, y 409 en enero de 2018.
En enero de 2024, 303 mujeres llamaron al 911 por violencia familiar, equivalente a nueve casos diarios, mientras las denuncias formales ante la FGE promediaron 16.67 por día.
No obstante, la vicefiscal de Derechos Humanos, María del Rosario del Valle Orozco, informó que, de octubre de 2024 a febrero de 2025, los casos disminuyeron un 10%, aunque no está claro si esto refleja una menor incidencia o una reducción en las denuncias.
ALGO MÁS
PROFUNDO
Tabasco ocupa el tercer lugar nacional en violencia intrafamiliar, con un 70% de hogares afectados, según el Instituto de la Familia (2017). También está en el octavo lugar en violencia sexual contra mujeres y en el undécimo en maltrato físico, con una incidencia del 33,8%, superior a la media nacional.
La violencia familiar frecuentemente deriva en feminicidios. En 2022, Tabasco registró seis casos, incluido el de una menor de 15 años. El crimen de la mujer embarazada en Centla, investigado como feminicidio, refleja esta problemática.
Efraín Rodríguez León, del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (CODEHUTAB), ha señalado un aumento en la violencia feminicida, con mayor crueldad, y criticó la falta de una alerta de género efectiva.
Lejos de abordar esta realidad con seriedad, algunos sectores han usado el caso para fines políticos, ignorando los datos y perpetuando narrativas que desvían la atención de las verdaderas causas de la violencia.
Estos datos poco importan a los “carroñeros” de la información que abundan en las redes sociales, muchos de ellos estaban en la nómina secreta de “Caliche”, y que ahora lloran como plañideras de velorio por la violencia de la que son en muy buena parte responsables los que gobernaron en el sexenio pasado.