En un mensaje dirigido a disipar dudas y confusiones en la opinión pública, la Presidenta Claudia Sheinbaum reiteró de manera enfática este viernes que ninguna institución del país puede exigir de manera obligatoria la nueva CURP biométrica.
Durante su conferencia de prensa matutina, la mandataria aclaró que este trámite es de carácter voluntario y que su obtención dependerá de la disposición individual de cada ciudadano.
“La gente decide si da sus datos personales o no a partir de lo que ofrece la opción de tener una identidad”, afirmó Sheinbaum, subrayando así el derecho a la autodeterminación informativa consagrado en la ley.
No obstante, también expresó su esperanza de que “la mayoría de la ciudadanía participe” en el proceso, confiada en los beneficios que promete traer consigo la modernización del documento.
La CURP biométrica representa un salto tecnológico significativo en la identificación de los mexicanos, ya que incorporará datos personales considerados sensibles por la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados (LGPDPPSO).
Entre estos se encuentran la huella digital, una fotografía de alta definición y, lo que ha generado más debate, el escaneo del iris.
Hasta el momento, el Gobierno no ha especificado públicamente los detalles de la infraestructura jurídica y técnica que garantizará la protección de esta información altamente sensible.
Tampoco se ha anunciado una partida presupuestaria clara destinada a la implementación masiva y segura del programa, lo que ha levantado cuestionamientos entre expertos en ciberseguridad y defensores de la privacidad.
Ante las interrogantes sobre el costo, el alcance y las garantías del proyecto, la Presidenta Sheinbaum adelantó que el titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, José Antonio Peña Merino, dará a conocer en breve los pormenores de la inversión requerida para esta iniciativa.
Se espera que en dicha anunciación se expliquen también los avances en la digitalización de trámites y cómo la nueva CURP biométrica se integrará en una estrategia más amplia de simplificación administrativa y gobierno digital, un pilar de su administración.
El anuncio presidencial coloca sobre la mesa el debate entre la modernización del Estado y la protección de la privacidad ciudadana.
Mientras el gobierno promueve las ventajas de un documento único y más seguro para combatir la suplantación de identidad y agilizar servicios, la sociedad civil y especialistas exhortan a establecer salvaguardas explícitas, transparentes y robustas para prevenir el mal uso o un eventual acceso no autorizado a una base de datos biométricos de escala nacional.
La aclaración de Sheinbaum busca calmar los ánimos y dejar claro que, por ahora, la adopción de la nueva credencial será una decisión individual, aunque el éxito del programa dependerá, en última instancia, de que los ciudadanos se convenzan de sus beneficios y de la solidez de su seguridad.