Por ahí anda diciendo que ya se peleó con el jefe de su grupo político, Humberto Mayans Canabal, que se siente traicionada por el flamante candidato a senador por el PVEM porque no le cumplió lo que le prometió el de los intereses mezquinos.
Que la posición que ahora ocupa el ex secretario de Gobierno era para ella, así lo había pactado con el llamado marqués, que él buscaría la candidatura a gobernador y la ayudaría a obtener la senaduría, cosa que no hizo Mayans, pues cuando vio frustrado su sueño de ser gobernador, ni tardo ni perezoso se apañó la postulación.
Sus amigos y corifeos soltaron la especie de que se había “peleado” con Mayans Canabal, que ya no son amigos, que se alejó de él. Y que no puede ni ver ni en pintura al turco Alí, que por eso anda buscando acercarse al candidato de la coalición de izquierda, Arturo Núñez Jiménez.
Por eso se soltó la especie de que pronto se sumaría a la campaña de Núñez, que iba a dejar al PRI para tales efectos. Ni uno ni lo otro. Ni ha dejado de ser amiga ni aliada de Humberto ni dejará las filas del otrora partidazo.
Dice apoyar a la oposición de izquierda porque no quiere que Alí sea gobernador, aunque quienes la conocen bien aseguran que lo hace para venderse más caro, que se quiere infiltrar a la campaña de Núñez para desde adentro hacer labor de zapa. Que el candidato con amplias posibilidades de ser gobernador tiene que cuidarse de ella, no fiarse de esta mujer que es leal así misma y a nadie más.
La supuesta renuncia (sin renuncia, claro para dejar abierta la posibilidad de regresar, pues no da paso sin zapatilla) la difundió la propia interesada como parte de su estrategia para ser llamada por Jesús Alí en la denominada “operación cicatriz” que tiene como trofeo mayor de caza el “regreso” de Cuco Rovirosa.
Lorena Beaurregard representa una pesada losa para cualquier partido. Hasta para sí misma. Es también muy obvia su cercanía con Humberto Mayans, con quien integró un llamado grupo compacto en el que también están Aquiles Domínguez Cerino, quien usa el presupuesto para la campaña de su jefe; Raúl Lezama Moo, Oscar Argáez, Griselda García Serra, Ventura Moguel, Juan Molina Becerra, jefe del espionaje; Luis Felipe Madrigal, Gerardo Bravata, Lucio Lastra Escudero, Rogelio Betancurt, Máximo Moscoso Pintado, el operador con las iglesias (¿recuerdan aquel de “recemos por el licenciado Mayans”?).
Varias de las reuniones para impulsar la candidatura de Mayans se realizaron en la casa de Beaurregard. Y aún siguen con la intención de tener a Mayans como una pieza de repuesto por si “se cae” Jesús Alí, como tiraron a Luis Felipe Graham y como lo hicieron con Salvador Neme en 1991. Este grupo quería tener tres velas encendidas como en el 2006 cuando también negociaron con el PAN la candidatura de Mayans, pero como llegó el “compadre y hermano” dejaron a los panistas vestidos y alborotados.
Se descubrió la maniobra del candidato del partido Verde y Lorena tendrá que seguir sacándole dinero al Chelo Granier, y esperando a que sus odiados Neme le paguen con cargos.
Cuánta razón tuvo Alberto Banuet cuando en Milenio Diario publicó que “Lorena tiene en su ADN un componente de traición, es irremediable, ya sea que lo haga de manera consciente o inconsciente como pudiera ser el caso si le otorgamos el beneficio de la duda. Desde sus orígenes en la política, su derrotero ha dejado invariablemente un tufo desagradable”.
De la que se salvó la oposición…pero todavía no se salva Tabasco de “políticos” como ésta.