Vuelta Continua

El primero de octubre quedará como una fecha histórica: por primera vez en nuestro país una mujer asume la Presidencia de la República, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo. Tuvieron que transcurrir más de 500 años para que sucediera este hecho inédito en la vida pública de México, 300 años de dominación española y 200 años como nación independiente.
En los dos siglos de república soberana sólo hombres habían sido presidentes de México. El dos de junio pasado, casi 36 millones de mexicanos decidieron que ya era tiempo de que una mujer condujera las riendas del país, y que mejor que lo hiciera una científica, humanista y comprometida con las causas sociales y con los que menos tienen.
Luego de rendir protesta y de jurar respetar y hacer respetar la Constitución federal, la doctora se convirtió oficialmente en la primera presidenta en toda Norteamérica (México, Canadá y Estados Unidos).
“Hoy, primero de octubre de 2024, inicia la segunda etapa, el segundo piso de la cuarta transformación de la vida pública de México y también hoy, después de 200 años de la república y de 300 años de la colonia, porque previo a ello no tenemos registros claros, es decir, después de al menos 503 años, por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa Nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”, dijo ya investida en el cargo.
En su discurso no sólo remarcó su compromiso de profundizar la transformación iniciada por el expresidente López Obrador, de delinear su programa de gobierno, que tendrá su sello personal, sino además dedicó unas emotivas palabras de despedida a Andrés Manuel.
Evocó el juicio de desafuero cuando el expresidente Fox quiso quitarlo a la mala de la contienda presidencial de 2006, la frase dicha por López Obrador de que el Congreso, dominado en ese tiempo por el PRIAN, lo estaba juzgando, pero faltaba que la historia lo juzgara a él y a quienes lo desaforaron.
“Hoy, lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos: La historia y el pueblo lo ha juzgado.
Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes”, dijo desde la tribuna más alta del país la presidenta de México.
No escatimó en elogios. Lo llamó el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas, el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo y para millones, aunque a él no le gusta que se lo digan, el mejor presidente de México.
El que inició, la revolución pacífica de la Cuarta Transformación.
Vino después el adiós definitivo. “Se retira de la vida pública como un demócrata y maderista, a seguir luchando desde otra trinchera”, su oficio de escribir sobre la historia de México.
“Profundas gracias, gracias, gracias por siempre, ha sido un honor luchar con usted, hasta siempre hermano, amigo, compañero”.
Esta frase no sólo es una despedida, sino también marcar la sana distancia que a partir de ahora habrá entre ambos por el bien de los dos.
Un expresidente que se retira con todos los honores, llevándose, como dice la presidenta, el corazón del pueblo en el bolsillo, con altos índices de popularidad y a quién hasta el último momento le tributaron el “¡Es un honor estar con Obrador!”, gesto que el tabasqueño agradeció.
Sin duda había sentimientos encontrados en el exmandatario. Por un lado, la entrega de la banda presidencial marcaba el final de su mandato, la nostalgia que eso provoca y, al mismo tiempo, la alegría de que la 4T continuará ahora con su sucesora.
En su primer discurso como presidenta prometió gobernar para todos, en cuya tarea, dijo, “pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria. Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo. No les voy a defraudar.”

PRIMERA PARADA

“Hoy iniciamos una nueva etapa. No es sólo un relevo de gobierno, es un verdadero cambio de régimen, profundo, para consolidar la transformación en el Estado. Es el Gobierno del Pueblo.
Entre todas y todos escribiremos esta etapa de la historia de Tabasco”, dijo el gobernador, Javier May Rodríguez en su primer día de actividad oficial.
El mandatario asistió a la toma de protesta de la presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, en la Cámara de Diputados, y posteriormente participó en la verbena popular en el zócalo de la Ciudad de México en donde la titular del Ejecutivo federal recibió el bastón de mando ante cientos de miles de mexicanos que se congregaron en la principal plaza pública del país.