Este 15 de junio de 2025, Día del Padre, rendimos homenaje a una figura esencial en la vida familiar: el padre. En muchos hogares, es él quien, sin hacer ruido, sostiene con trabajo, paciencia y compromiso los sueños de quienes ama. Aunque históricamente su rol ha sido asociado al deber y la provisión, hoy comprendemos que ser padre va mucho más allá: es ser presencia, guía y ejemplo.
En México, como en muchas partes del mundo, el padre ha sido símbolo de fortaleza y responsabilidad. Es el que madruga para salir a trabajar, el que enseña con el ejemplo, el que muchas veces calla sus preocupaciones para no preocupar a los suyos. Pero también es aquel que hoy lucha por involucrarse más, por sanar viejos patrones y formar parte activa en la crianza emocional de sus hijos.
El rol paterno está en transformación. Cada vez son más los hombres que entienden que la autoridad no está en el miedo, sino en el respeto; que la cercanía emocional no resta fuerza, sino que la multiplica. Y aunque aún hay mucho camino por recorrer, también hay muchos padres que merecen ser reconocidos por su entrega incondicional.
En el estado de Tabasco, tierra de grandes contrastes y riqueza humana, también se vive esta transformación. Aquí, muchos padres tabasqueños han sido sostén de sus familias en tiempos difíciles: desde las inundaciones que han marcado generaciones, hasta las crisis económicas que han puesto a prueba su capacidad de resistir. En comunidades urbanas y rurales, en el campo, en los oficios, en el transporte, en el comercio, miles de padres trabajan día a día no solo para llevar sustento, sino también valores a sus hogares.
En Tabasco, como en todo México, existen también retos importantes: la migración forzada por falta de oportunidades, la lejanía emocional en algunas familias, y la necesidad de políticas públicas que incluyan y fortalezcan la figura paterna en igualdad de condiciones. Aun así, encontramos padres que, pese a las dificultades, no abandonan su responsabilidad ni su amor por los hijos, y que luchan por construir un mejor futuro con base en el esfuerzo, la fe y la unión familiar.
Este día es un llamado no solo a regalar un abrazo o un “gracias”, sino a revalorar profundamente su papel. A entender que la paternidad también necesita apoyo, escucha, formación y contención. Porque un padre emocionalmente sano es también el origen de generaciones más fuertes, más seguras y más amorosas.
Hoy celebramos a todos los padres: a los que están, a los que partieron, a los que crían solos, a los que aprenden cada día. Porque detrás de cada padre que ama y lucha, hay una historia que merece ser contada, un corazón que merece ser honrado y una voz que merece ser escuchada.
