- Un agrupamiento de élite, conocido como FIRT, será el encargado de recuperar la paz para los tabasqueños
El relanzamiento de la estrategia de seguridad mostró ayer el músculo, la fuerza del Estado para recuperar la paz social que se perdió por malos servidores públicos que traicionaron la confianza del pueblo, esos que en el discurso habían prometido no mentir, no robar y no traicionar.
Lo que vimos ayer en la explanada de Plaza de Armas fue una demostración de que se irá con todo para devolverle la tranquilidad a los tabasqueños. Marcó el inicio de las operaciones de la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca.
Se trata, según la información oficial, de un agrupamiento de élite conformado por mujeres y hombres de corporaciones estatales y federales altamente capacitados y entrenados, “que con vocación de servicio y lealtad al pueblo combatirá al crimen, en el marco del replanteamiento de la estrategia de seguridad”.
El nuevo grupo de élite focalizará operaciones en Centro, pero sin descuidar los otros municipios, y tendrá un despliegue territorial de puestos de mando y bases de operaciones dentro de las colonias con mayor incidencia delictiva.
“Su presencia en las calles y en los puntos estratégicos del estado será un recordatorio: Aquí la ley se respeta y la autoridad se hace respetar”, sentenció el gobernador Javier May Rodríguez.
La FIRT Olmeca está conformada por elementos especializados del área de inteligencia, equipos tácticos y fuerzas de reacción de la SSPC, Marina Armada de México, el Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Fiscalía General del Estado.
Ese despliegue de equipo y de elementos, en la principal plaza pública de Tabasco, fue el escenario para que el gobierno advirtiera que “nunca más el mal estará por encima de la grandeza” del estado.
Y como un recordatorio a quienes en lugar de garantizar la seguridad a los tabasqueños optaron por asociarse a delincuentes, con el consentimiento de sus jefes inmediatos, el gobernador Javier May dijo que esa vinculación con criminales “nunca será el camino” para combatirlos, sino lo es la rectitud y colocarse del lado de la ley.
Eso es lo que no hubo: ni rectitud ni justicia.
Pudo más la ambición desmedida por el dinero sucio, manchado de sangre, que la responsabilidad de garantizar la seguridad y la paz social en el estado.
Esa deslealtad a las instituciones que representaban infligió un daño terrible al tejido social, cuyas consecuencias todavía se están pagando y por lo que ha sido necesario replantear la estrategia de seguridad y el despliegue de elementos de élite para dar tiros de precisión en contra de las bandas delincuencias que asolan el estado.
Se ha tenido que corregir sobre la marcha, porque la seguridad es considerada una prioridad para los gobiernos federal y estatal.
En el pasado reciente se cedió demasiado terreno por las relaciones de complicidad, los pactos en la oscuridad que invocó el secretario de Gobierno hace unas semanas.
El mal, como dice el gobierno, se metió hasta las entrañas de la estructura policial e infectó sobremanera el tejido social.
El poder permitió y consintió que la capital y los principales municipios se inundaran de drogas.
No se cuidaba a la gente, ni se protegía a la sociedad, se fomentaba la adicción para tener consumidores cautivos y puntos de ventas por todos lados.
Eso representa ganancias millonarias que se repartían entre quienes decían que cuidaban a los ciudadanos. Es un recordatorio de que tiene que haber justicia y llevarlos frente a ella porque lo que hicieron ha sido muy grave.
GANARLE A LOS
MALOSOS
Eso es lo que se ha visto por todos los episodios de violencia que han ocurrido aquí en Villahermosa y en la Chontalpa: la disputa por los negocios ilícitos.
Ya no sabía quiénes eran los buenos y quiénes los malos en el pasado reciente.
Por eso también este gobierno atiende las causas que generan esta espiral de violencia con la puesta en marcha de programas sociales que contribuyan a que los ciudadanos, principalmente los jóvenes, se alejen de las conductas antisociales.
Este año se van invertir alrededor de 12 mil millones de pesos en programas y obras públicas que ya están en marcha. Es una cuantiosa suma de recursos públicos que no tienen precedentes en el estado.
Pero volviendo al tema de la violencia, de octubre del año pasado a la fecha, la incidencia delictiva ha ido a la baja, pese a que se siga apostando a desafiar a las autoridades para que prevalezca el miedo y la incertidumbre entre los tabasqueños.
Los recientes datos que arrojan las estadísticas oficiales muestran una reducción significativa de homicidios dolosos desde que policías de carrera asumieran los principales cargos en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
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