Ahora que cayó en desgracia todos reniegan de él. No cabe duda de que es un apestado y que mientras más lejos esté de ellos, mucho mejor. Lo malo para estos políticos que lo encumbraron y lo hicieron parte de su gobierno, hay antecedentes, huellas que jamás se borrarán, están ahí para ser recordadas cada vez que quieran deslindarse al que no dudaron en calificar como policía ejemplar.
Me refiero a Hernán Bermúdez Requena, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana que no sólo trabajó en el gobierno de Adán Augusto López Hernández, sino que también lo hizo en las administraciones de Manuel Gurría Ordóñez, Roberto Madrazo y Manuel Andrade Díaz.
Hoy ninguno de ellos quieren que lo asocien al denominado “Comandante H”. Hace unos días, los periodistas Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, se refirieron a Bermúdez Requena, por una cita que aparece en el libro del expresidente Andrés Manuel López Obrador “Entre la historia y la esperanza”.
En un pasaje del libro, se menciona que cuando era director de Seguridad Pública en el gobierno de Manuel Gurría Ordóñez, operó en contra de AMLO. En ese tiempo quien realmente ejercía el poder era Madrazo.
“En la práctica Gurría actuaba más como delegado del PRI que como Gobernador del estado”, señala López Obrador en “Entre la historia y la esperanza”.
Durante su gestión, Madrazo enfrentó una rebelión policiaca que llegó hasta las puertas de la residencia oficial Quinta Grijalva, por lo que el gobernador tuvo que salir por piernas por la puerta trasera.
Para impedir que esa escena se volviera a repetir blindó la Quinta y quien realizó esa tarea fue precisamente Bermúdez Requena.
“Con la asesoría del jefe de la policía de Gurría, hoy director del penal de Villahermosa, Hernán Bermúdez Requena, se contrató un servicio de seguridad en la Ciudad de México (para Roberto Madrazo) que incluye un equipo especial de 90 guardaespaldas y un sistema de circuito cerrado de televisión y otros componentes de los más sofisticados y costosos que existen en el mercado”.
Ese sofisticado y millonario sistema la instaló una empresa en la que Bermúdez Requena era socio del contratista español Ramón Requeijo Abad, y quien años más tarde, en el 2002, fue encontrado sin vida en el Estado de México.
Madrazo quiso deslindarse de esos hechos recordados por los periodistas y publicó en sus redes sociales una carta aclaratoria en la que negó esa versión. Asegura que no ordenó “el blindaje” de la Quinta Grijalva y que, hasta donde él sabe, “nunca se ha realizado tal acción”.
También rechazó tener una relación cercana con Bermúdez Requena. “No es cierto que el sr Bermúdez y yo seamos cercanos. Si bien él fue director del penal de Villahermosa al inicio de mi administración y posteriormente se retiró para continuar con sus actividades profesionales sin mantener ninguna relación de cercanía conmigo”.
Eso dice la carta que publicó Madrazo el pasado 31de marzo. Sin embargo, la hoja de servicio dice otra cosa, que permaneció en ese cargo durante tres años, del 1995 a 1997. Hoy todos reniegan de Bermúdez Requena, pero su pasado los ligan a él, les guste o no.
Según versiones periodísticas, Bermúdez Requena es prófugo de la justicia. Desapareció después de que fue destituido del cargo por los disturbios de violencia que comenzaron a generarse desde finales de 2023 por un supuesto rompimiento con el grupo delincuencial al que, según reportes de inteligencia militar, estaba vinculado y pretendió ejecutarlo la noche del 23 de diciembre de ese año, hechos que trataron de simular como un enfrentamiento entre bandas, casualmente frente a su residencia particular del exclusivo fraccionamiento de Tabasco 2000.
Desde enero de 2024, nada de sabe de él. Hubo versiones que lo ubicaban en Mérida, Yucatán, pero a medida que se fueron conociendo los vínculos que había entre los mandos que estaban a su cargo con la delincuencia organizada se hizo ojo de hormiga.
Sobre todo, con la aprehensión de uno de sus brazos operativos: Carlos Tomás “N”, alías “Tomasín”, arrestado en Puebla en enero pasado. Desde entonces, Bermúdez Requena está desaparecido. Versiones extraoficiales apuntan a que el exjefe policiaco está escondido en el extranjero, que un exgobernante lo tiene escondido allá y que puso todas sus propiedades a nombre de personas que fungen como prestanombres.
Ni Adán Augusto ni Jaime Lastra Bastar han negado públicamente su cercanía con Bermúdez Requena. El actual diputado federal Lastra Bastar lo designó director de la Policía de Investigación en 2019 pese a sus malos antecedentes y los presuntos vínculos con la delincuencia organizada.
Eso tampoco importó para que fuera designado, en diciembre de ese año, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Lo único que han hecho los hoy senador y diputado federal, respectivamente, es guardar silencio y no responder a los cuestionamientos de los periodistas sobre este asunto. Pero hay un dicho que dice que el calla otorga.