Los de abajo

• Los potentados, como Ricardo Salinas Pliego, quien descarrilar el proceso para no pagar lo que le deben al fisco


La elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial de la Federación está entrando en su etapa final. Faltan 9 días para que concluyan las campañas que iniciaron el 28 de marzo y 13 días para la jornada del primero de junio.

A pesar de que ha habido poco difusión del proceso en curso, la ciudadanía en estos poco más de mes y medio de campaña, ha empezado a entender la relevancia de esta elección que ha sido calificada de histórica e inédita, pues por primera vez las personas juzgadoras serán electas por el voto popular.

Los candidatos han hecho su mejor esfuerzo y han aguantado a pie firme y con determinación al desinterés de un determinado sector de la población al que poco le importa el proceso electoral judicial, los reclamos sociales por la falta de justicia pronta y expedita, por la corrupción de jueces, magistrados y ministros, porque consideran a los juzgadores como personas ajenas al pueblo.

A todo eso se han tenido que sobreponer y convencer con el único argumento que tienen a su alcance: conocimiento y experiencia en el ámbito judicial. Ellos, los candidatos, no son políticos sino juristas; no prometen cosas que no van a cumplir con los abanderados partidistas que prometen y prometen y a la hora de la hora no cumplen.

Ellos solo hablan de lo que saben, su materia de desempeño: penal, laboral, mercantil y administrativo. No pueden prometer juicios a modo, sería tanto como repetir los viejos vicios en los que incurrió el actual Poder Judicial de la Federación.

Lo que prometen, según han dicho en entrevistas con medios, es revisar bien los expedientes y emitir resoluciones justas y apegadas a derecho.

Y mientras los candidatos hacen su mejor esfuerzo por convencer a la gente de que su voto será determinante para que del primero de junio surja un Poder Judicial renovado y más democrático, adversarios políticos y poderes fácticos están empeñados en boicotear la elección.

Desde el fin de semana pasado, se ha desatado toda una campaña de desprestigio en contra del Poder Judicial por los mismos que han sido beneficiados por ministros de la Corte para evadir el fisco, como el millonario Ricardo Salinas Pliego, quien le debe al SAT más de 70 mil millones de pesos y que gracias al ministro Luis María Aguilar Morales, ha evadido ese pago.

Por eso no resulta extraño que TV Azteca promueva una campaña mediática, con todos sus conductores y reporteros, para desacreditar la elección judicial con mentiras y calumnias como acostumbra ese medio.

No hay que olvidar que ese medio televisivo es experto en guerra sucia, lo ha hecho en anteriores ocasiones y por diferentes motivos. Lo hizo contra López Obrador en 2006 y en 2012 y casi al final del gobierno de Andrés Manuel por obligarlo a pagar lo que le debe al fisco y que sistemáticamente se ha negado.

Las críticas de Salinas Pliego y las de sus adláteres están motivadas por su percepción de que un Poder Judicial reformado podría ser menos favorable a sus intereses, especialmente en casos donde ha recibido fallos judiciales a su favor.

Por ejemplo, se menciona que el Poder Judicial mexicano ha protegido a Salinas Pliego en disputas de deuda, lo que podría explicar su oposición a cambios que promuevan mayor transparencia o independencia judicial.

Salinas Pliego ha sido un crítico abierto de ciertas políticas del gobierno actual, particularmente de Morena y del expresidente Andrés Manuel López Obrador. Él y TV Azteca han calificado la elección judicial como una "farsa" o un "complot" para consolidar un sistema judicial afín al gobierno, lo que refleja una narrativa de oposición a lo que perciben como una centralización del poder.

Esta postura podría estar alineada con una estrategia más amplia de cuestionar reformas impulsadas por la 4T, como la Reforma Judicial, que TV Azteca ha llamado "herencia maldita" de AMLO.

Su cobertura crítica de la elección judicial, incluyendo llamados a no votar, podría ser una forma de movilizar a la audiencia contra el proceso, polarizando aún más el debate político. Esto se ve reflejado en comentarios de conductores como Javier Alatorre, quienes han cuestionado la legitimidad del proceso, como si ellos fueron los dueños de la verdad absoluta y no son más que unos calumniadores con micrófono y pantallas de televisión.

El temor de Salinas Pliego es perder influencia en un Poder Judicial que históricamente ha favorecido a los ricos, en especial a él que enfrenta deudas fiscales significativas que por lo menos superan los 63 mil millones de pesos, aunque otros hablan de hasta 70 mil millones.

Según expertos en estrategia política, señalan que esta campaña tendrá poco impacto en la gente, pues la mayoría consume información en las redes sociales y muy poco ve actualmente televisión, por lo que esa campaña sucia se diluirá, no tendrá el efecto deseado por sus promotores, ellos sí verdaderos enemigos de la democracia y de México.