Cuando los medios o periodistas distorsionan hechos para acomodarlos a sus intereses o dañar la imagen de una figura pública, como la del gobernador, Javier May Rodríguez, se generan varias consecuencias serias, entre ellas, la pérdida de la confianza pública. Aunque hay medios y periodistas que jamás la han tenido.
La manipulación de la información erosiona la credibilidad de los medios y fomenta el escepticismo en la audiencia, dificultando que las personas confíen en fuentes de información. Polarizan la discusión pública al presentar narrativas sesgadas, se exacerba divisiones políticas y sociales, creando un ambiente de confrontación en lugar de diálogo.
La distorsión de hechos confunde a la ciudadanía, lo que puede llevar a decisiones mal informadas en elecciones o en la percepción de políticas públicas. En algunos casos, las distorsiones constituyen difamación o calumnia, se convierten en acusaciones sin fundamento, insultos ofensivos o derivan en expresiones clasistas y racistas.
Eso es lo que ha estado pasando con un segmento de la prensa local y periodistas enojados, molestos porque no han podido obtener las prebendas y beneficios de antaño del llamado “Gobierno del Pueblo”, al que todos los días atacan con más resentimiento que con razón.
Inclusive, han recurrido a las noticias falsas para dañar la imagen de esta administración para generar una reacción negativa por parte de usuarios de redes sociales, quienes en muchos casos se creen a pie juntillas las mentiras que difunden sin ningún empacho.
Dos ejemplos de lo que ha sido esta distorsión informativa lo constituyen las falsedades disfrazadas de información que difundieron en sus cuentas dos medios digitales contrarios al grupo político de Morena que gobierna Tabasco, financiado precisamente quienes perdieron el poder y los privilegios que tenían.
DESINFORMACIÓN Y PROPAGANDA
Uno de ellos, denominado La Denuncia Online, mintió flagrantemente al fabricar una información para atacar al gobernador. Inventó que “padres de familia” denunciaron que en el Hospital del Niño Rodolfo Nieto Padrón “no está funcionando” el equipo de resonancia magnética. Calificó el “hecho” de grave, porque ese aparato sirve para detectar muchas enfermedades.
Por si fuera poco, afirmaron que la dirección del nosocomio “les recomiendan pagar particular”. El gobierno tuvo que salir a desmentir ese infundio. Aclaró que el hospital no cuenta con ese equipo, sino que cuando se requiere hacer estudios clínicos de esa naturaleza se recurre a los centros hospitalarios que cuentan con resonancia magnética.
Aclaró también que “no se hacen uso de empresas privadas para este servicio”, por lo que recomendó a la ciudadanía “evitar la desinformación”. Ese medio mantiene una sistemática campaña para atacar al gobierno de Javier May, que incluye ofensas directas hacia al mandatario.
Su labor “informativa” es en realidad una consigna, le pagan para que le pegue al adversario de quien lo financia. Y claro, cuando se hacen este tipo de señalamientos, se exhiben estas componendas, salen a llorar de que los atacan por su actitud “crítica” y se dicen perseguidos y reprimidos y que se atenta contra su libertad de expresión.
Se ponen en el papel de víctimas. Ellos pueden decir misa del gobernador, que nadie se meterá con ellos, pese a que calumnian y difaman, pero las cosas hay que decirlas como son.
Apelar a la libertad de expresión para justificar desinformación suele ser su táctica para evadir responsabilidades. Esto puede incluir exageraciones, mentiras o manipulaciones que, aunque no siempre sean ilegales, erosionan la confianza pública y el debate informado.
Otro caso, para que no digan que solo nos referimos a estos señores, es el del medio digital “Tabasco al minuto”. Aseguró que se investigaba “casos con signos compatibles con infestación por gusano barrenador, sería el primero en Tabasco”. Compartieron un video para darle credibilidad a su afirmación.
El gobierno estatal de igual manera salió a desmentir esa falsa información. Confirmó que ni en Balancán ni en Emiliano Zapata las jurisdicciones sanitarias tienen ingresado a un paciente “con diagnóstico de miasis (gusano barrenador); por lo que la información difundida por ese portal es totalmente falsa”.
Lo mismo sucede con el tema del Museo Nacional de la Cultura Olmeca, nadie conoce el proyecto, pero algunos de quienes critican dan por sentado que atentará contra en entorno ecológico del Parque Tomás Garrido Canabal, donde se encuentra el Museo La Venta.
Se ha distorsionado la información deliberadamente para crear un clima de opinión pública adverso al gobierno de Javier May. Hasta un líder de opinión de la principal estación radiofónica del estado cayó en ese juego y editorializó sobre el museo dando por hecho que será tal y como el comunicador asegura.
Los medios desvían la atención de temas importantes hacia controversias fabricadas, beneficiando intereses particulares en lugar del bien común.
Por ejemplo, quién o quiénes son los dueños de los predios donde las fuerzas federales y estatales decomisaron más de tres millones de combustible robado, en la ranchería Plátano y Cacao. Eso sí es un asunto de relevancia con evidencia consistente en poder de la Fiscalía General de la República, que ha ido jalando la madeja para llegar a los verdaderos operadores del llamado Cártel del Huachicol.
Por cierto, ese mismo líder de opinión ha estado pidiendo nombres, pero cuando se entere quién o quiénes están detrás del huachicol en Tabasco, que se agarre bien del asiento, no sea que se vaya a caer y no puede conciliar el sueño por las noches.