El Pentágono anunció el despliegue de aproximadamente 700 marines para reforzar a la Guardia Nacional en el área metropolitana de Los Ángeles, en respuesta a manifestaciones surgidas tras recientes operativos migratorios.
Los efectivos provienen de la base en Twentynine Palms, California, y se integrarán al dispositivo autorizado por el presidente Trump con el fin de proteger instalaciones y personal federal, incluidos agentes de inmigración. Estos marines también estuvieron previamente en estado de alerta durante el fin de semana.
La movilización de marines, junto con más de 2?000 efectivos de la Guardia Nacional ya desplegados, ha provocado tensiones políticas: el gobernador Gavin Newsom calificó la orden de “no estadounidense” y denunció una violación de la soberanía estatal, anunciando acciones legales. Funcionarios locales expresaron que la intervención militar, sin coordinación previa, podría entorpecer la operación policial.
Este es el primer despliegue de marines en operaciones domésticas en más de seis décadas sin invocación formal de la Ley de Insurrección. El Pentágono desarrolla reglas específicas sobre su posible uso de la fuerza, equipados con armas de servicio y protocolos de control de multitudes, aunque los disparos de advertencia están prohibidos.
Mientras tanto, las manifestaciones continúan, con cientos de arrestos y algunos actos de vandalismo, especialmente durante la noche, incluida la quema de vehículos y bloqueos en la autopista 101. Activistas sindicales también han sido detenidos, lo que aviva la polémica.
Las autoridades federales defienden que la presencia militar busca únicamente proteger propiedad y personal público, sin involucrarse directamente en detenciones ni labores policiales.
