• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 20 de Junio de 2025

VIDA SALUDABLE

Una profesional dedicada a la nutrición clínica

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Patricia Lezama Hernández ha dedicado su vida profesional al estudio y ejercicio de la nutrición clínica, con una firme convicción: mejorar la salud de la población a través de la alimentación consciente, informada y basada en evidencia. Nutrióloga clínica certificada, Maestra en Nutrición y Dietética, y actualmente doctorante en Nutrición con especialidad en Obesidad y Síndrome Metabólico, Patricia ha sido testigo y analista de uno de los mayores retos de salud pública en México: la malnutrición en todas sus formas.
De igual forma abordó con profundidad y claridad la grave problemática alimentaria que enfrenta el país. Explicó que México sufre un doble desafío en términos de malnutrición: por un lado, persiste la desnutrición infantil, especialmente en comunidades rurales, y por otro, crecen alarmantemente los índices de sobrepeso y obesidad, tanto en niños como en adultos.
Según los datos compartidos por la nutrióloga, basados en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2023, un 13.9% de los niños menores de cinco años presentan baja talla o desnutrición crónica, un indicador fuertemente relacionado con la inseguridad alimentaria. Este problema, afirmó, sigue afectando a las poblaciones más vulnerables, particularmente en zonas rurales donde el acceso a alimentos nutritivos y a servicios de salud es limitado.
Pero la otra cara del problema es igualmente alarmante. Patricia detalló que la obesidad en México ya no es un fenómeno exclusivo de la adultez. “Hoy vemos cómo el sobrepeso y la obesidad se manifiestan desde edades tempranas: 36.5% de los escolares y 40.4% de los adolescentes presentan esta condición”, señaló. Entre las causas, subrayó el bajo consumo de frutas y verduras, el entorno familiar (donde los padres con obesidad representan un factor de riesgo importante), y el consumo excesivo de azúcares añadidos, que alcanza el 66% en niños y adolescentes, superando con creces las recomendaciones de la OMS.
En la población adulta, agregó, el 37.1% vive con obesidad, siendo las mujeres quienes presentan mayor prevalencia. Este grupo enfrenta un riesgo elevado de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemia e incluso algunos tipos de cáncer, entre ellos los de colon, ovario y útero. “Muchas de estas enfermedades podrían prevenirse con una alimentación adecuada y estilos de vida saludables”, enfatizó.
Las proyecciones para el futuro no son alentadoras. Patricia advirtió que, de continuar la tendencia actual, para el año 2035 podría haber hasta cuatro mil millones de personas con obesidad en el mundo, y que, en México, para el año 2030, la prevalencia podría alcanzar el 45% de la población.
Para esta especialista, el origen de la crisis alimentaria radica, en gran parte, en la transformación de los patrones de consumo. “Nuestra dieta se ha desplazado hacia alimentos ultraprocesados, comida rápida, bebidas azucaradas y un consumo excesivo de cereales refinados, mientras se ha reducido drásticamente la ingesta de alimentos frescos, naturales y nutritivos”, lamentó.
Ante este panorama, Patricia Lezama hace un llamado claro sobre la importancia de la labor del nutriólogo. Más allá de tratar las enfermedades una vez que se presentan, considera esencial su papel en la prevención. “Educar a la población en buenos hábitos alimenticios, construir entornos saludables y promover estilos de vida sostenibles debe ser una prioridad en las políticas públicas”, afirmó.
Como parte de sus recomendaciones, destacó:
Evitar el consumo excesivo de azúcar y sal.
Beber agua natural durante el día, al menos ocho vasos, incrementando la cantidad en climas calurosos.
Elegir carnes blancas como pollo o pescado, evitando preparaciones fritas o empanizadas.
Acompañar las proteínas con una porción generosa de verduras.
Reducir el consumo de cereales refinados como pan, tortillas y pastas.
Fomentar la actividad física moderada, al menos 100 minutos semanales, ajustada a las capacidades de cada persona.
Implementar un ambiente familiar saludable, evitando el entorno “obesogénico” que normaliza el consumo de alimentos no nutritivos.
Patricia concluye con una reflexión que ha guiado su vida profesional: “Una buena nutrición no solo previene enfermedades, también dignifica la vida y permite alcanzar el bienestar físico, emocional y social”. Con su labor docente, clínica y de investigación, sigue aportando conocimiento y compromiso a la construcción de un México más saludable.