Ayer sábado falleció una gloria del deporte tabasqueño y figura del boxeo nacional. Se trata de Juan Arturo León Hernández, cuyo nombre de batalla fue Arturo León. Con su fino estilo de pelear se ganó el reconocimiento, la admiración y el respeto de la afición y de pugilistas de renombre mundial.
Nativo del municipio de Cárdenas, comenzó su carrera deportiva amateur en la capital tabasqueña, para después emigrar a radicar al entonces Distrito Federal, donde abrazó el profesionalismo que lo llevó a estar en el top ten nacional y de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA por sus siglas en inglés), en peso gallo.
Con la ilusión de sobresalir en el llamado deporte de las “Orejas de Coliflor”, el pugilista protagonizó un par de “Pelea del Año”; la primera en la capital del país y segunda, en Los Ángeles, California. Durante su época, los mexicanos dominaban el peso gallo con boxeadores de la talla de Rubén “Púas” Olivares, “Chucho” Castillo, Rafael Herrera y Rodolfo Martínez, entre otros muchos.
Una gran cantidad de pugilistas que en su momento lograron ceñirse la diadema de campeón del mundo y que el tabasqueño consideró que también lo hubiera logrado de contar con una buena dirección; porque la gente de pantalón largo que lo administraba o su apoderado “no lo supo hacer bien”.
Al tabasqueño, reconocido con el trofeo “El Heraldo de México”, patrocinado por un diario del mismo nombre, como el “Mejor Novato del Año del Boxeo Mexicano”, en cierta ocasión, acudió a visitarlo, durante uno de sus entrenamientos, el entonces campeón del mundo de peso welter, José Ángel “Mantequilla” Nápoles, con la idea de aprender algo del fino boxeo de Arturo León.
Una faceta que pocos conocieron fue la de peleador-manager, en la cual logró tres campeones del Torneo de los Guantes de Oro, celebrado en el D.F. Su disciplina y ética lo llevaron a los cuadriláteros y a la vida personal; razones por las cuales jamás aceptó entrenar a jóvenes en el gimnasio de la Ciudad Deportiva, de Villahermosa, con el argumento que el inmueble no reunía las características.
El deporte tabasqueño y el boxeo nacional están de luto por el fallecimiento de una gloria deportiva, pero su legado será recordado como ejemplo para las nuevas generaciones de boxeadores y con el perenne reconocimiento y admiración de la afición. Ahora solo queda decirle al campeón sin corona QEPD. El poder es el poder.
