Ni infidelidad ni venganza política es lo que mantiene en prisión a Hiram Llergo. Un juez de control determinó vincularlo a proceso por el presunto delito de asociación delictuosa, una grave imputación, pues ese ilícito está relacionado con narcotráfico, trata de personas y la extorsión.
De nada valieron esas amenazas lanzadas a su exesposa, Alma Espadas, por los periodistas mercenarios al servicio del grupo político que busca mantener sus privilegios, que quisieron simular que su arresto se trataba de una infidelidad y del robo de una camioneta. ¿Pecaron de ingenuos o de cínicos?
Uno de los miembros de esa cofradía permanecerá en la cárcel no por buena gente o porque hay la intención de afectarlo, como aseguraba Martín Palacios Calderón, dirigente estatal del Partido del Trabajo y coordinador parlamentario de ese partido y quien lo contrató como asesor, sino porque la autoridad judicial encontró elementos suficientes para acreditar se vinculación a actividades ilícitas.
Ahora qué dirá o argumentará Palacios Calderón. Según él se trataba de un asunto político, que era inocente y que todo se aclararía. Las pruebas lo incriminan, eso ha dicho el juzgador con su resolución.
Tiene mucho qué explicar este líder de pacotilla, pues lo hizo su candidato a la alcaldía de Teapa en el pasado proceso electoral para jugarle chueco a Morena. Aseguran reportes periodísticos que en el sexenio pasado, ese municipio, y toda la región de la Sierra, se ha convertido en un enclave del crimen organizado, sobre todo del robo de combustible y drogas, que involucra a ciertos personajes de esa región.
Por eso tampoco es casual que hayan caído, antes de Hiram Llergo, dos líderes de la delincuencia organizada que operaban en esa zona; tampoco el asesinato de Maxi Pérez Alvarado, exdirector de Tránsito en el gobierno que encabezó su exesposa Alma Espadas, puesto por él en ese cargo, según testimonios.
Las fuerzas federales y estatales, que operan a través de la FIRT Olmeca, tienen la mira puesta en la Sierra, así como en el corredor Parrilla-Playas del Rosario, que en los tiempos de Hernán Bermúdez Requena, florecieron las actividades ilícitas, tanto era el descaro que el mismo exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, montó un antro que según testimonio de los vecinos encubría actividades ilícitas.
Fue en esa área donde el año pasado se encontró en un taller mecánico patrullas clonadas y hasta un C-4 hechizo para vigilar los movimientos de las fuerzas federales y estatales que en ese tiempo desarrollaban el operativo Tabasco Seguro.
DECISIÓN QUE NO TIENE RETORNO
Por lo que ha estado sucediendo se deduce que no solo policías estaban metidos en actividades ilícitas, sino también políticos, como Hiram Llergo y los funcionarios del ayuntamiento de Nacajuca sorprendidos en una reunión social con presuntos delincuentes. Seguramente no son los únicos.
Esas relaciones de complicidad que se tejieron en el gobierno anterior bajo el amparo de la impunidad de la que ahora no gozan, porque con este gobierno, ha dicho el gobernador, Javier May, no se pacta con criminales.
Volviendo al caso de Hiram Llergo, el juez de control decretó vincularlo a proceso en una audiencia celebrada en la Región Judicial 9 con sede en esta ciudad capital. Le dictaron prisión preventiva justificada para que la fiscalía reúna la suficiente evidencia que complete la carpeta de investigación que abrió en contra del hermano de Mario Llergo, funcionario de la SEP, y quien no ha dicho hasta ahora ninguna palabra por la detención de su consanguíneo.
Ese silencio llama mucho la atención. Tampoco han salido a declarar otros miembros notables del grupo político al que pertenece. Por ejemplo, el diputado federal Jaime Lastra o Emilio Contreras Martínez de Escobar. Quizá, como se dice en el ámbito judicial, lo que digan o declaren puede ser usado en su contra en caso de que sean requeridos por la autoridad judicial, pues uno nunca sabe si están limpios o igual se sospecha de relaciones peligrosas. De Jaime Lastra se cuentan historias muy truculentas.
La causa penal que se le sigue a Hiram Llergo es la número 6812025-M. En ese expediente se conoció, por ejemplo, que se le había dictado orden de aprehensión el 22 de mayo pasado. Fue detenido el 12 de junio, es decir, 20 días después de que fue girada por el juzgador.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana federal (SSPC), Omar García Harfuch, se ha tomado muy en serio la instrucción presidencial de desmantelar toda la estructura criminal que se creó aquí con la complicidad de exjefes policiacos, empresarios locales y foráneos y ciertos actores políticos, señalados en informes de inteligencia militar.
Esa encomienda se está cumpliendo con mucho trabajo de inteligencia, investigación de campo supervisada por el Gabinete de Seguridad federal. Por eso los golpes han sido certeros y los objetivos han caído como fichas de dominó. Sin duda seguirán cayendo.