Los dirigentes de Movimiento Ciudadano de Tabasco están más que ensoberbecidos por su sonado triunfo en Veracruz. Creen que esa historia puede repetirse en el estado y por eso andan reciclando cartuchos quemados y enamorando a cualquiera que se deje con el canto de esa sirena.
Su más reciente adquisición, Armando Chávez Rivera, exdelegado de la Secretaría de Gobernación, cargo que el exgobernador Adán Augusto López Hernández, le consiguió, es ahora miembro distinguido de ese partido.
No es una lumbrera ni una figura política que concite adhesiones. Tampoco tiene un capital político. Ha sido un oportunista, pues lo mismo estuvo con Adán Augusto, que con el exgobernador Arturo Núñez Jiménez. Se ha acomodado, como buen camaleón de la política, a las circunstancias políticas del momento.
Sin duda esa labor de convencimiento la lleva a cabo el famosísimo Pedro “porro, perdón, “pueblo”. Anda muy movido el verdadero dueño de la franquicia tabasqueña. La pepena en todo su esplendor para desde ahora sumar adeptos, no importa que hayan sido malos gobernantes y corruptos.
Varios de los que se han sumado al partido naranja han sido miembros del grupo político del líder del Senado. La figura más visible, Karla Rabelo, a quien Adán Augusto la hizo primero diputada local y después legisladora federal, la que inclusive tuvo que soportar un codazo que le acomodó durante un acto de precampaña presidencial en su natal Huimanguillo, sin chistar.
Rabelo creía que la haría candidata de Morena a la alcaldía de su municipio, pero ni él siquiera pudo ganar la contienda interna. En una entrevista radiofónica reveló que le pidió su apoyo para ser la candidata y nada más no logró su respaldo. Decepcionada, se marchó a Movimiento Ciudadano para contender por la alcaldía, su sueño desde niña, según confesó.
Pensó que ella, por sí sola, representaba una opción fresca, diferente, como se autopromociona Movimiento Ciudadano, pero solo como eslogan de propaganda, porque no representa lo novedoso, sino a la vieja clase política corrupta que ha migrado a otros partidos al ver que el PRI ya no es opción política.
Muchos se colaron en Morena, como la misma Karla Rabelo, cuyo padre fue alcalde de Huimanguillo dos veces, la primera con el PRI y la segunda vez por el PAN, y en las dos ocasiones no hizo nada digno, más que enriquecerse, según testimonios de gente de ese lugar.
Otros se han ido a Movimiento Ciudadano, como Minés de la Fuente, priista de toda la vida, se marchó del tricolor cuando vio que ese partido ya no le ofrecía nada a ella y a su marido, Gerald Washington Castellanos Herrera, exporro estudiantil, beneficiado ampliamente por el corrupto exgobernador Andrés Granier, hoy flamante diputado plurinominal de MC.
Esa fue la condición que puso su mujer para aceptar la candidatura a la gubernatura en el 2024, que su cónyuge quedara en el primer lugar de la lista plurinominal. En la contienda electoral, jugó el papel de palera del grupo contrario al del hoy gobernador Javier May Rodríguez, porque a todos ellos los unen su pasado priista, pues lo llevan en su sangre.
Los triunfos de MC en Veracruz, visto a la luz de los números, no fue porque en verdad ese partido haya crecido electoralmente, sino por la ruptura que hubo entre Morena y el PT en ese estado. Los votos que obtuvo el Partido del Trabajo, con candidatos que no ganaron las encuestas en el partido en el gobierno, marcaron la diferencia entre los contendientes de Morena y MC en la elección constitucional.
Fue el gran beneficiado por esos diferendos entre los dirigentes morenistas y petistas veracruzanos. A los primeros le ganó la soberbia, y a los segundos, la ambición política, y el resultado fue un duro revés en las urnas para Morena del que tendrá que sacar provecho de esa lección.
SUMAS QUE QUITAN VALOR
Aquí en Tabasco, no hay garantías de que Morena pueda ganar por cuarta ocasión consecutiva todas las diputaciones de mayoría y la mayoría de las presidencias municipales, aunque si algo ha caracterizado a Javier May es su capacidad para operar políticamente. Pero mucho debe hacer la dirigencia del partido en el poder, sobre todo limpiar la casa y no cargar con indeseables.
Movimiento Ciudadano está en lo suyo, preparándose desde ahora para la batalla electoral y sumando todo lo que pueda abonar a sus aspiraciones políticas. No importa que se trate de impresentables, el chiste es convertirse en la segunda fuerza política en el estado.
Su actual dirigente, Pedro Palomeque, otro expriista, dice ufano que ni el PVEM ni el PRD son competencia, su objetivo ahora es desbancar a Morena. A eso le apuestan ese partido y los adversarios internos del gobernador.
Movimiento Ciudadano no representa ningún cambio ni es la mejor opción. El mejor ejemplo de que no lo es, lo está dando el alcalde de Paraíso, Alfonso Baca Sevilla, exmorenista, ya se vio para qué quería ser presidente municipal, no para servir sino para servirse del cargo.
Hay señalamientos muy serios de corrupción en su gobierno. En ese municipio se dicen muchas cosas acerca de los grandes negocios que están haciendo sus colaboradores y de la soberbia con la que actúa Baca Sevilla.
Ese es el riesgo de sumar a cualquier precio a gente que no tiene principios ni convicciones, sino que ambicionan cargos públicos para enriquecerse, hacer negocios. El que roba una vez, lo seguirá haciendo las veces que pueda hacerlo. Eso es lo “nuevo”, lo novedoso que ofrece Movimiento Ciudadano.