• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 30 de Octubre de 2025

Los de abajo

La guerra sucia de Adán Augusto

  • Desvían la pudrición con mercenarios como “Fraudelino” contra Javier May

Publicado el:

Alejandro Hernández


Desde las cañerías del adancismo se ha lanzado una ofensiva en contra del gobierno de Javier May Rodríguez. Han puesto a sus plomeros más aventajados a destapar, según ellos, la “pudrición” que también hay en el equipo del gobernante en cuestión. 

 

El propósito es desviar la atención de la riqueza inexplicable, por decirlo de manera decente, de su jefe político, Adán Augusto López Hernández, el tabasqueño más cuestionado y cuestionable por su presunta implicación en actividades muy sospechosas, que lindan en la ilegalidad. 

 

Y como al senador y exgobernador lo pilló el Sistema de Administración Tributaria (SAT) con las manos en la masa, pues le detectó ingresos muy superiores a los reportados en sus declaraciones fiscales y patrimoniales, quiere que la atención se enfoque en sus adversarios políticos. 

 

Sin embargo, hasta ahora, no ha podido demostrar el origen de 79 millones de pesos que le descubrió el fisco. Él solo se ha enredado con su propia lengua. Está muy dudoso, por decir lo menos, que esos ingresos hayan sido por las “asesorías” que brindó, sobre todo, porque esa versión la tuvo que cambiar por inconsistente. 

 

Tampoco se cree que se deriven de la venta de ganado. Los ganaderos locales de verdad, saben que es imposible que en un mes se embarquen 150 cabezas de ganado, máxime cuando no figuras en los registros de las asociaciones ganaderas del estado y entidades vecinas. 

 

El senador tiene esa cuenta pendiente con el SAT, organismo que, por cierto, cuando estaba su hermana Rosalinda, que en paz descanse, asociaciones la acusaron de que, durante su gestión, el número de empresas factureras castigadas, se redujo al mínimo. 

 

Casualmente, la notaría de Adán Augusto ha sido señalada de protocolizar empresas fachadas, como las que utilizó el exgobernador de Campeche y actual dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, para desviar recursos públicos de esa entidad que mal gobernó. 

 

Por eso mandaron a su principal experto en guerra sucia, Audelino Macario Rodríguez, mejor conocido como “Fraudelino”, mote que le puso el inolvidable Jaime Avilés. 

 

Utilizó la declaración patrimonial de inicio (octubre 2024), y de ampliación (mayo 2025) de José Ramiro López Obrador para crear toda una narrativa de enriquecimiento inexplicable del secretario de Gobierno. 

 

Como dice el dicho: el que nada debe, nada teme. Por eso “Pepín” reportó todos los bienes que tenía antes de asumir el cargo, lo que no hizo Adán Augusto, que ocultó esos 79 millones de pesos y otras propiedades que tiene, como ranchos entre los límites de Tabasco y Campeche, y que administran hermanos de su esposa Dea Estrada. 

 

Claro, Audelino Macario eso jamás lo va a subir en sus redes sociales, pues es como darle de patadas al pesebre. Como mercenario que es, cobra por hacer ese trabajo sucio, como le pagan igual a otros comunicadores de la misma ralea, como ese que reprodujo la mafufada de que el llamado “Comandante H”, o sea, Hernán Bermúdez Requena, ya “cantó” y, casualmente, no echó de cabeza a su jefe político, Adán Augusto, ni el verdadero jefe de la mafia, Jaime Lastra Bastar, sino al general en retiro Audomaro Martínez Zapata. El autor de este embuste es Carlos Loret de Mola, quien como experto en montajes, ese dato se la atribuyó a “fuentes de primer nivel” que solo existen en la imaginación del “periodista”. 

 

Es tan burdo como el video en el que supuestamente unos encapuchados integrantes del crimen organizado acusaron al periodista Jacinto López Cruz de estar relacionado con el “88”, todo por haber dicho lo que todo mundo sabe: las relaciones peligrosas de López Hernández y su responsabilidad de haber nombrado a Bermúdez Requena secretario de Seguridad sabiendo que era un delincuente confeso. 

 

Si lo publicara El Universal o Milenio, medios que han publicado una serie de reportajes, basados en reportes de inteligencia militar, sobre las actividades ilícitas del exjefe policiaco de Adán Augusto, otra cosa sería y todavía con las reservas del caso, porque la compra de lealtades está a la orden del día.

 

Para eso están estos sicarios informativos, como Audelino Macario y compañía, quien por cierto es financiado por el rector de la UJAT, Guillermo Narváez Osorio, aunque este lo niegue, por instrucciones de Humberto Mayans Canabal, el cuñado de Adán Augusto y enemigo jurado de Javier May. 

 

“Fraudelino” está marcado de por vida como un periodista corrupto e inescrupuloso. Por eso ningún medio nacional serio y profesional lo contrata. Saben que es un mercenario y un vividor del presupuesto en los gobiernos priistas, desde Manuel Gurría hasta Andrés Granier.

 

Ahora este sujeto se fue en contra del gobernador Javier May, pero como tampoco le encontró nada irregular, sacó a colación una denuncia penal que le puso una mujer panista, María Elena Pérez Jaen, por supuestos actos de corrupción cuando el mandatario era titular de Bienestar y responsable del Tren Maya. Puro humo. 

 

¿Y Adán Augusto, “Fraudelino, por qué no lo tocas? En verdad que eres un fraude como periodista.