• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 05 de Diciembre de 2025

Los de abajo

Un delincuente al mando de la seguridad, nunca más
 

*La advertencia: los jóvenes de Tabasco han pagado caro el precio

Publicado el:

Alejandro Hernández


Las adicciones a las drogas entre estudiantes de bachillerato en Tabasco, particularmente en el Colegio de Bachilleres (COBATAB), son un problema reconocido por autoridades educativas y de salud desde hace años, con evidencia de que se ha extendido a múltiples planteles. No es un fenómeno aislado ni nuevo, pero ha persistido pese a los esfuerzos de prevención.
 

En noviembre de 2022, el director general de COBATAB, Erasmo Martínez Rodríguez, admitió públicamente "focos de alerta" por consumo de drogas en planteles específicas como el 30, 28 y 12, ubicados en Villahermosa y municipios cercanos.
 

En ese tiempo señaló que no se pueden realizar revisiones de mochilas por violar derechos humanos, pero se implementaron medidas internas de orientación.
 

Su actual director, Fernando Yris Hernández, admitió que ese problema se ha agravado y se presenta casi en todos los planteles de bachillerato. El tema adquirió relevancia nuevamente con la difusión en redes sociales de una imagen donde se observa a dos alumnas de un plantel del Cobatab de Huimanguillo aparentemente consumiendo mariguana.
 

Las estudiantes fueron suspendidas y canalizadas, bajo el consentimiento de sus padres, al Centro Comunitario de Salud Mental y Adicciones (Cesosama) para recibir tratamiento a fin de rehabilitarlas.
 

Entre 2015 y 2022, al menos 74 alumnos de bachillerato fueron expulsados por posesión o consumo de drogas en planteles COBATAB, según datos de la Secretaría de Educación de Tabasco (SETAB).
 

Esto representa la mayoría de los casos en el subsistema, con énfasis en marihuana, cristal y metanfetamina, ocultos en objetos cotidianos como hot cakes o mochilas.
 

De 2014 a 2017, hubo 46 expulsiones adicionales solo en COBATAB por drogas, sumando un total histórico de más de 120 casos documentados.
 

El gobierno estatal y federal han impulsado campañas. En junio de 2025, el Ayuntamiento de Comalcalco realizó pláticas preventivas en planteles como COBATAB 20 y EMSAD 25, atendiendo a unos 250 jóvenes sobre estilos de vida saludables y riesgos de adicciones.
 

A nivel nacional, la SEP lanzó la "Estrategia en el Aula: Prevención de Adicciones", marzo 2025, que incluye intervenciones semanales en aulas de secundaria y bachillerato, con énfasis en Tabasco. Se prevén tres sesiones por semana sobre sustancias psicoactivas, apoyadas por cárteles y videos educativos, involucrando a docentes, familias y redes sociales.
 

La SEP informó que estudiantes, incluido de bachillerato, participaron en tres "Jornadas por la Paz y contra las Adicciones", con talleres en Tabasco.
 

La Ley Orgánica del COBATAB prohíbe explícitamente el consumo, posesión o tráfico de drogas en instalaciones, con sanciones que incluyen expulsión.
 

Sin embargo, el problema se agrava por la disponibilidad de drogas en el estado, ligada a redes de narcomenudeo. Conferencias como "Yo Elijo Mi Futuro", han alcanzado a estudiantes de COBATAB Plantel 1 y otras escuelas, destacando consecuencias sociales y de salud.
 

La pregunta surge de inmediato: ¿Qué provocó que el consumo de drogas se disparara en Tabasco y llegara a las aulas, hasta convertirse en lo que actualmente es: un problema de salud pública?
 

Esto sucedió porque, como lo hemos dicho en repetidas ocasiones, se dejó en manos de un delincuente la seguridad del estado. Esa es la razón principal. Floreció el narcomenudeo, se enganchó a los jóvenes al mundo de las drogas.
 

Hernán Bermúdez Requena, designado secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, era al mismo tiempo, según las autoridades, el líder del grupo criminal "La Barredora". Esa organización facilitó el narcomenudeo en zonas urbanas y rurales, contribuyendo directamente a la disponibilidad de drogas en entornos como escuelas.
 

Reportes militares lo ligan a distribución de cocaína desde 1999, pero su rol oficial amplificó el problema durante 2019-2024, coincidiendo con el aumento de adicciones juveniles.
 

Ese grupo delictivo controlaba rutas de huachicol y drogas, afectando comunidades vulnerables como estudiantes.
 

Por eso no dejaré de insistir en que López Hernández tiene una responsabilidad política e institucional directa en esta crisis, aunque no haya cargos formales en su contra. Su defensa, “no me arrepiento del nombramiento, dio resultados en secuestros y extorsiones", ignora evidencias de negligencia o colusión.
 

EL LASTRE DE LASTRA
 

Recomendado por Jaime Humberto Lastra, exfiscal del estado, hoy diputado federal, fue designado jefe policiaco pese a alertas del Ejército en 2019. López Hernández conoció a Bermúdez desde los años 90, cuando era subsecretario de Gobierno. De ahí data su amistad entrañable.
 

Testigos afirman que Bermúdez pactó con narcos para "tranquilidad electoral" en 2018, beneficiando a López Hernández. Documentos del Cerfi-Sureste (2019-2022) advertían que Bermúdez lideraba "La Barredora" y ordenaba homicidios; Adán Augusto participó en reuniones de seguridad con él y militares, sin actuar.
 

Su gestión permitió el fortalecimiento de "La Barredora", inundando Tabasco de drogas y elevando homicidios, de 200 en 2019 a picos en 2023-2025. El gobernador actual, Javier May, lo acusa de "echar raíces al crimen".
 

La responsabilidad de López Hernández radica en la negligencia al nombrar y mantener a Bermúdez pese a evidencias, permitiendo que "La Barredora" inundara Tabasco de drogas y graves problemas como las adicciones en COBATAB.
 

Cuando un gobernante pone la seguridad del estado en manos de un delincuente, y esos delincuentes inunda las calles de droga que terminan en las mochilas de los estudiantes, no hay justificación posible.
 

Adán Augusto puede negar, minimizar o culpar al pasado, pero él fue el responsable directo de nombrar a Hernán Bermúdez.
 

Y mientras ese hombre controlaba la policía, "La Barredora" controlaba las calles. Los jóvenes no merecen ser víctimas de la ambición, la negligencia o la complicidad de quienes juraron protegerlos.
 

Ese daño no se borra con discursos. Se repara con justicia, con verdad y con acciones reales. Y hasta que no haya responsables sentados en el banquillo, empezando por quienes los pusieron ahí, no habrá una paz verdadera para Tabasco.