• La Verdad del Sureste |
  • Viernes 05 de Diciembre de 2025

Los de abajo

Un Dragón sin fuego: Evaristo y las cuentas demasiado alegres del PVEM

Publicado el:

Alejandro Hernández


En el PVEM dan por hecho que Evaristo Hernández Cruz va a catapultarlos en las elecciones intermedias de 2027. Creen que con él tendrán una alta rentabilidad electoral en las urnas. Dan por hecho que ganarán la alcaldía de Centro, solo que, del dicho al hecho, hay un gran trecho.
 

Veamos las cosas con objetividad. En 2007 Evaristo ganó por primera vez la alcaldía. Había un gobierno estatal priista en esa época, el último que tuvo el PRI, el de Andrés Granier Melo. Evidentemente en esa elección operó la maquinaria priista que comandaba desde la Secretaría de
 

Gobierno Humberto Mayans Canabal.
 

Le ganó en una elección competida a Fernando Mayans Canabal, entonces candidato del PRD. Ocho años después, quiso volver a ser alcalde por el PRI. Lo postularon para ese cargo y, como el otrora partidazo ya no tenía el poder, tampoco los recursos para hacerlo ganar, pasó lo que tenía que pasar: perdió lo contienda.
 

No es lo mismo ser candidato teniendo todo el aparato oficial detrás de sí que participar en un proceso electoral con recursos limitados, como le sucedió en el 2015. El PRI era una maquinaria electoral que se aceitaba con recursos públicos y en donde la competencia era muy reñida, hacía fraude.
 

Era una dependencia más del gobernador en turno. La dependencia electoral adiestrada a ganar a como diera lugar, costara lo que costara. Roberto Madrazo es el mejor ejemplo de ello: 72 millones de dólares para ganar con trampas la elección de 1994 a Andrés Manuel López Obrador, en uno de los fraudes electorales más escandalosos y documentados en la historia del PRI.
 

Hoy ese partido no gana ni en la colonia del dirigente estatal priista. Así pasa con el famoso “Dragón”. Es más mito que realidad, y quedará demostrado en las elecciones intermedias. En el PVEM sacan cuentas alegres porque creen que Evaristo tiene una super estructura y arrastre popular.
 

La segunda vez que fue alcalde de Centro logró ganar por el efecto López Obrador. Eso influyó mucho en el triunfo de la mayoría de los candidatos postulados en las elecciones generales de 2018. No fue Evaristo el que se impuso. Nada de eso. Fue AMLO el que los remolcó con su contundente triunfo en las presidenciales.
 

Ha vivido de esa fama, de ser un gran estratega electoral y que tiene un equipo eficaz y diestro en las elecciones, pero es más una estratagema, un engaña bobos. En la entrevista radiofónica que dio esta semana, eso hizo: presumir de su “habilidades” electorales, que por él ganó Morena en Oaxaca, en Campeche y aquí.
 

PURO JARABE DE PICO
 

Un dechado de virtudes que, inexplicablemente, Morena dejó ir. En el 2024, se sumó a la campaña de Javier May. Según él, hizo su “trabajo” para que el hoy gobernador triunfara de manera aplastante.
 

Lo cierto es que igual hubiera ganado con ese apabullante marcador, 80 por ciento de los votos en disputa, con o sin Evaristo Hernández Cruz. Las encuestas vaticinaron con mucho tiempo de anticipación que su victoria sería holgada. En las urnas se cumplió ese pronóstico.
 

Y como es un político desleal, quiso jugarle chueco a la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta, porque su equipo estuvo trabajando para la candidatura de Humberto de los Santos Bertruy, propuesto precisamente por el PVEM, y nada más no pintó ni con toda la ayuda de su compadre.
 

Claro que se dieron cuenta de esa chicanada y por eso dejaron de tomarlo en cuenta en la campaña por la gubernatura. De eso tampoco habló en la entrevista de radio. Su presentación como flamante militante del PVEM en los hechos se trató de un destape disfrazado de asamblea partidista.
 

Solo faltó que dijeran abiertamente que era la presentación de su candidato a la alcaldía de Centro, posición que ambiciona para desde ahí preparar su arribo a la gubernatura. Ese es su objetivo principal, no el crecimiento electoral del PVEM.
 

En otros procesos electorales ese partido ha postulado a figuras políticas y, salvo Emiliano Zapata, no ganaron ninguna otra alcaldía ni diputación local de mayoría. De modo que es mucho ruido y poca efectividad. Ahí están las cifras oficiales. Confirman lo que aquí se está diciendo.
 

Evaristo Hernández Cruz se visualiza desde ahora como candidato a la gubernatura, pero qué pasará si aquí en Tabasco, que es lo más seguro, por cuestión de género, toca postular a mujeres para ese cargo de elección.
 

En 2024, los adversarios de Javier May quisieron torcer la ley para sacarlo de la jugada con el cuento de que le tocaba a una mujer ser postulada para la gubernatura en Tabasco. No prosperó esa intentona que pretendieron a través del consejero del INE, Jorge Montaño Ventura, que obedece a los intereses de Adán Augusto López Hernández.
 

Sin embargo, en el 2030 corresponderá por primera vez a mujeres postularse para esa candidatura. ¿Lo aceptará Evaristo, qué hará al respecto el PVEM?