La oposición reaccionó a la concentración multitudinaria del sábado pasado —con la que se celebraron siete años del movimiento democrático en la Presidencia de la República— con más mentiras que argumentos.
Era previsible que intentaran descalificar la presencia de cerca de 600 mil personas reunidas en el Zócalo de la Ciudad de México para refrendar su apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien recientemente cumplió su primer año como la primera mujer en ocupar ese cargo en la historia del país.
La propia mandataria se encargó de responder a esas falsedades durante su conferencia matutina del lunes. Aunque ella apenas lleva un año en el cargo, los seis anteriores corresponden al sexenio de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, por lo que, en efecto, son siete años de la Cuarta Transformación en el poder.
“Lo festejamos como siete años porque nunca hubo engaño. Siempre dijimos que sería continuidad con avance y nuevos temas. Hemos avanzado en temas ambientales, en fuentes renovables de energía, en el impulso a las mujeres, en educación —con nuevos esquemas para la media superior y nuevas universidades—, además de las becas Benito Juárez”, explicó la presidenta Sheinbaum.
La narrativa opositora se ha caracterizado por distorsionar los hechos, desinformar y recurrir a calumnias con el propósito de erosionar la base social de la presidenta, quien, tras su primer encuentro cara a cara con el presidente Donald Trump, aparece más consolidada y fuerte que nunca.
El viernes anterior, acaparó reflectores en Washington durante el sorteo del Mundial FIFA 2026, y este lunes el influyente diario estadounidense The New York Times la incluyó en dos listas destacadas de 2025: la de las 67 personas más elegantes y la de las 100 más influyentes del mundo.
En la primera, el rotativo destacó que «en su primer año en el cargo, la presidenta de México ha llamado la atención por la moda indígena del país al usar ropa bordada y tomar enérgicas medicas contra las grandes marcas que imitan a los artesanos locales”.
Sheinbaum fue una de las pocas figuras incluidas que no pertenecen al mundo del espectáculo. Los atuendos que porta la presidenta son diseños originales mexicanos que reflejan el arte y la riqueza cultural del país.
Y eso que sus adversarios insisten en presentarla como una presidenta débil, que no gobierna por sí misma y que solo sigue las instrucciones de AMLO. Esa narrativa, sin embargo, ya no cala en la ciudadanía. La más reciente encuesta de Enkoll —una casa encuestadora reconocida por su seriedad— la desmiente contundentemente: la presidenta goza de alto respaldo en todos los segmentos de edad y niveles socioeducativos del país.
Frente a las afirmaciones opositoras de que los gobiernos de la 4T han “destruido” México, la misma encuesta de diciembre revela que el 63% de los mexicanos considera que la situación del país ha mejorado en comparación con los sexenios del PRI y el PAN, y el 64% afirma que su economía familiar está mejor.
PRIMERO LOS POBRES
No hay hogar mexicano que no reciba al menos un beneficio de los programas sociales: pensiones para adultos mayores y personas con discapacidad, Jóvenes Construyendo el Futuro, becas para estudiantes de todos los niveles, Sembrando Vida, entre otros.
Estos programas, junto con los aumentos históricos al salario mínimo, han permitido que 13.5 millones de mexicanos salgan de la pobreza en los últimos siete años. Hoy es raro ver a adultos mayores o niños pidiendo dinero en la calle.
Antes de la llegada de la 4T, el salario mínimo era de 88.36 pesos diarios; hoy es de 278.80 pesos y, a partir de enero de 2026, subirá a 315.04 pesos diarios, 9 mil 451 pesos mensuales.
Durante décadas, los gobiernos prianistas repitieron que no se podía incrementar el salario en dos dígitos porque “dispararía” la inflación. Con esa excusa mantuvieron congelados los ingresos de los trabajadores, con aumentos de apenas tres o cuatro pesos al año.
Esa es una de las diferencias esenciales entre dos proyectos de nación: el de los conservadores, que defendían los privilegios de unos pocos, y el de la Cuarta Transformación, que busca el bienestar del pueblo y la justicia social.
Por eso, el sábado pasado, cientos de miles de mexicanos llenaron el Zócalo para celebrar siete años de Morena y de la 4T en el poder.
