Las aulas insuflaron en muchos un cambio ideológico profundo. Insertos en una sociedad en que imperaba la patriotería más que el patriotismo, interpretábamos la historia nacional a la luz de los héroes y su desempeño. Reminiscencias de los historiadores ortodoxos: mencionan que “Napoleón conquistó Egipto” ¡cómo si lo hubiera hecho solo! En las aulas universitarias, conocimos el instrumental analítico marxista, fecundo e irreemplazable. También las teorías económicas fundadas por los llamados neoclásicos que construyen modelos neutros, supuestamente aplicables a cualquier país y circunstancia; devinieron esquemas neoliberales y globalizadores. Entonces y ahora, se necesitaba y necesita de la crítica de la economía, es decir el ejercicio reflexivo de la economía política. Una aportación es la de Naomi Klein que en obra reciente, devela el modus operandi de un capitalismo depredador, avasallante y destructivo en grado superlativo, en todo el mundo.
Hoy, se cumplen 100 años de la fundación de la UNAM y se celebra con justificado orgullo la existencia de una institución que ha acunado los sueños y realidades de centenas de miles de mexicanos que encontramos por esa vía, una nueva vida al servicio de la sociedad. Algunos desviaron sus metas iniciales e hicieron de su profesión patente de corzo para enriquecerse. Otros tomaron rumbos extranjeros, se abrieron paso y el olvido imperó entre sus condiscípulos.
Otros, tercos tal vez solo por la cuantía de años, mantenemos una ideología nacionalista profundamente arraigada, explícita, abierta. Pero ha acontecido algo que no deja de ser curioso y digno de relato. A los que nos desempeñábamos en el gobierno federal o del D. F entonces, nos motejaban como priístas de cepa. Éramos según los recalcitrantes marxistas de entonces, ¡gobiernistas hasta las cachas!, carentes de sentido crítico, sumisos, en pocas palabras ¡borregos!
¿Qué ha sucedido en esos poco más de cuarenta años transcurridos? Buen número de los marxistas de entonces, los promotores de la revolución socialista o de la “revolución permanente”, los incuestionables maoístas entre los que se identificaban mas de uno de los llamados “toficos”-por lo de ¡Ummm qué ricos!,-esos ululantes de la revolución, entre la que se reconocía a una ExJefa del Departamento del Distrito Federal, ahora son alineados políticos ortodoxos, bien portaditos, con años y años en los trapecios de la nómina, viajeros VIP impunes a costa del erario público, y frecuentes desbarradotes en la tribuna del Legislativo.
Esos exjóvenes radicales, muchos apegados a la ubre presupuestívora, viven en casonas de Coyoacán o San Jerónimo y olvidarons los años de penurias, de viajes en autobuses urbanos destartalados, los días con el estómago vacío, ropa viaja y remendada y sobretodo ¡dejaron el morralito de los tiempos revolucionarios! Ahora viajan en yets, viven en el yet set social y se codean con los plutócratas. Algunos dicen que ¡finalmente, los ricos son tan simpáticos!
Pero la realidad nacional, la del pueblo, sigue empeorando. Nosotros criticamos “El Desarrollo Estabilizador” que algunos ahora elogian. Soslayando que fue ¡crecimiento económico basado en la explotación de los trabajadores! Ahora el desempleo, el empobrecimiento, la carencia de escuelas, desmoronan el país. El Gobierno Federal en su entrega a los empresarios de la vida nacional, ahora ni siquiera cumple un papel elemental: ¡brindar seguridad a la ciudadanía! Más aun, ahora hasta las cárceles se privatizan. ¿Podremos ciudadanizar la Presidencia de la República y ponerla al servicio de los mexicanos?
Solo como faro, emerge la UNAM. En inexplicable, en aberrante suma, Felipe Calderón “El que llegó por la puerta de atrás” se suma al ¡Goooya!, celebratorio, mientras sus diputados y burócratas intentan y logran cercenar el presupuesto a la UNAM. Enrique Peña Nieto egresado de escuelas del Opus Dei, canta loas a la UNAM. Tartufismo puro, jamás visto el del mexiquense y Calderón, exalumno de la Libre de Derecho en que se imparte Derecho Canónico, cuando un Presidente necesita conocer Derecho Constitucional.
Ahora cuando me preguntan porque me mantengo en ideas “radicales”, “socialistas” solamente reitero que muchos pugnamos por mantener viva la necesidad de recuperar a México soberano y libre. Nuestras ideas no son radicales; crítica, radical, es la situación que nos lleva al abismo. No somos comunistas, no somos socialistas, lo que sucede es que ¡el mundo se movió a la derecha!, y nos dejó en nuestra viejas, tozudas trincheras ideológicas. rubenmv99@yahoo.com
