• La Verdad del Sureste |
  • Lunes 08 de Diciembre de 2025

Crisis climática y corrupción gubernamental mantienen en la zozobra a los tabasqueños/ Energéticos y capitalismo

Si bien el planeta resiente los efectos del cambio climático provocado por las grandes corporaciones industrializadas; nosotros los sufrimos cual desastres, como consecuencia de la forma en que se gobierna y cómo se dispone de los recursos públicos en el país y el Estado

Publicado el:

Ing. Alfredo Hernández Peñaloza / Comité Nacional de Estudios de la Energía


Si bien el planeta resiente los efectos del cambio climático provocado por las grandes corporaciones industrializadas; nosotros los sufrimos cual desastres, como  consecuencia de la forma en que se gobierna y cómo se dispone de los recursos públicos en el país y el Estado

PRIMERA PARTE

Por cuarto año consecutivo, el gobierno estatal, Calderón y sus funcionarios en la Comisión Federal de Electricidad y la Comisión Nacional del Agua nos someten a la zozobra. Arriesgan la vida de nuestros hijos y ancianos, nos causan pérdidas económicas y daños patrimoniales familiares, destruyen nuestra materia de trabajo y siguen orillándonos a los dos millones de tabasqueños a una condición creciente de vulnerabilidad y pauperización.
La anterior no es una afirmación gratuita ni ideologizada; es la realidad. Es resultado de una práctica política administrativa ineficaz y corrupta.
Si bien, con ingenua añoranza o menosprecio para los más desprotegidos en el campo y las ciudades de Tabasco se repite que los tabasqueños estamos acostumbrados a las inundaciones pues tenemos la cultura del agua, si bien cada año sabemos que con la temporada de lluvias vendrán las crecientes; desde fines de los sesentas con la puesta en operación de la presa de Malpaso y hasta la década de los ochentas con la conclusión del mayor sistema de presas hidroeléctricas de México, de las carreteras, los puentes y los sistemas de manejo de agua con base a cárcamos y bombas, la tendencia había sido, a reducir los impactos de los torrentes de agua y a circunscribirlos a los cuerpos de agua naturales y a los vasos reguladores en las ciudades.
La creación de esa gran infraestructura no fue gratuito ni podía ser de otra manera en el Estado que debido a la actividad petrolera ha contado por más de dos décadas, con el mayor presupuesto per capita del país (que incluyen los gobiernos de González Pedrero, Madrazo, Manuel Andrade y ahora  Granier). Sin embargo, desde 1999, ocurrió una inundación en el estado que puso en evidencia los riesgos de la situación referida al agua y los problemas de su administración. El programa hidráulico que se anunció desde entonces fue aplicado con indolencia y el presupuesto saqueado de manera infame por los gobernadores en turno.