La sola invocación de un político tan siniestro como Roberto Madrazo Pintado en una de las conferencias matutinas del gobernador Javier May Rodríguez, como antecedente de la inseguridad que priva actualmente en el estado, desató las hordas de madracistas para tundir al mandatario.
El mismo exgobernador salió a atizar la hoguera. Publicó en su cuenta de X una defensa de su gobierno y para golpear al gobernador. Que lo que actualmente sucede en el estado no ocurría hace 30 años, como los homicidios dolosos. Y le sugiere que se ponga a trabajar, como si él hubiera sido un gobernador ejemplar.
Lo que no dice este sujeto, es que, efectivamente, en las postrimerías del gobierno de Gurría Ordóñez se desató una ola de secuestros de gente adinerada, ganaderos y empresarios, por quienes pidieron una millonada para liberarlos, la cual continuó durante su mandato.
En 2016 publiqué una serie de textos sobre lo que había sido la gestión de Madrazo que, como dijera el expresidente Andrés Manuel López Obrador, vienen como anillo al dedo. “La ignominiosa historia de Madrazo” así titule la serie de entregas.
Decía el bajante: “Durante su mandato las bandas de secuestradores asolaron Tabasco; se reportaba más de un plagio al mes. El más notable, el del empresario David Gustavo Gutiérrez Ruiz”.
Para recordar lo que fue este pillo exgobernador, reproduciré algunas partes de la XIII parte de la “Historia Ignominiosa de Madrazo”, para que nuestros lectores sepan quién es en realidad este señor.
“Fiel a su impostura, el exgobernador Roberto Madrazo Pintado, apenas ve cámaras o grabadoras o la ocasión propicia, no lo desaprovecha para rendir cuentas alegres de su gestión. Habla maravillas de su sexenio. Presume obras y logros, como si no supiera que hay archivos históricos, que dan cuenta de su desastroso gobierno.
“Y cuando el tema es la seguridad pública, menos desaprovecha la oportunidad para vanagloriarse y encomiar su labor como gobernante. La gente vivía tranquila, podía salir a la calle sin temor a que algo le pasara, ha dicho el exmandatario.
“Nada más falso y alejado de la realidad. Estas páginas y la de otros diarios locales de esa época lo desmienten. La inseguridad fue un tema recurrente a lo largo de su mandato.
“Nunca la frenó, nunca la mantuvo a raya….”
SECUESTRO PARA CAMPAÑAS
“Madrazo Pintado también ha dicho que durante su sexenio hubo cero secuestros. Otra falsedad. Desde el inicio de su gobierno los plagios ocuparon las primeras planas de la prensa local. Uno de ellos, el más notable de todos, fue el del empresario David Gustavo Gutiérrez Ruiz.
“Era apenas el tercer mes del gobierno de Roberto Madrazo Pintado y la delincuencia organizada ya le había arrebatado la tranquilidad a los tabasqueños; ya se hablaba, en estas mismas páginas del periódico de la sociedad civil, de la “creciente inseguridad pública” en el estado.
“Y para variar, un elemento del Grupo Gavilán de la Policía Judicial del Estado, era parte de una banda dedicada a ese delito. Isabelino Arias Magaña fue involucrado por un cómplice apodado “El pelo de ángel”. Huyó cuando se le quiso aprehender, en el auto que tenía asignado y con el arma que portaba.
“Era evidente la complicidad que había entre delincuentes y policías en los tiempos de Madrazo como gobernador, pero hoy viene a decirle a los tabasqueños que bajo su mandato todo era paz y tranquilidad en las calles de esta ciudad capital. Los hechos lo desmienten rotundamente”.
El texto es más extenso, pero por razones de espacio no se puede reproducir. En otras palabras, esto fue lo que quiso decir Javier May cuando se refirió que con Madrazo inició la actividad delictiva, la complicidad de policías con delincuentes, pues los mismos que estaban al frente de la policía en ese tiempo, eran los que hasta el sexenio pasado tenían pactos con la delincuencia organizada.
Si uno revisa quiénes estaban al frente de la policía y la procuraría, los que controlaban el Creset, se dará uno cuenta de por qué hay tanta inseguridad en el estado. Eso no le gustó a Madrazo y por eso salió a tirar su veneno, pero no es más que un cínico, no le gusta que le canten sus verdades.