Los de abajo

- La presidenta ha sabido manejar con habilidad y destreza la relación bilateral en los primeros cien días de gobierno del presidente de Estados Unidos.

En los primeros cien días del gobierno de Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum ha manejado la relación bilateral con una combinación efectiva de firmeza, pragmatismo y diplomacia, logrando una pausa en los aranceles, moderando la retórica del presidente de Estados Unidos y ganándose su respeto público.
A pesar de las tensiones iniciales por aranceles, migración y acusación sobre crimen organizado, Sheinbaum ha posicionado a México como un socio colaborador pero no subordinado, manteniendo una alta aprobación de 80% de los mexicanos y reconocimiento internacional.
Desde noviembre de 2024, Trump amenazó con imponer aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, deportaciones masivas y acusación de que México protegía a los cárteles de la droga, lo que marcó el tono de la relación antes de su toma de posesión.
Con su experiencia como científica y su estilo pragmático, buscó mantener la soberanía mexicana mientras evitaba una confrontación directa con el principal socio comercial de México.
La relación bilateral se enmarca en la asimetría de poder entre ambos países, con México dependiendo del comercio con Estados Unidos, 80% de sus exportaciones van al mercado estadounidense bajo el T-MEC, y enfrentando presiones en temas de migración y seguridad.
Sheinbaum adoptó un enfoque de “cabeza fría”, promoviendo la colaboración sin subordinación, un mensaje que resonó en el escenario nacional.
En febrero de 2025, Trump implementó aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, acusando a México de no combatir el tráfico de fentanilo ni la migración ilegal. La mandataria rechazó estas acusaciones como “calumnias” y señaló que el 74% de las armas usadas por los cárteles mexicanos provienen de Estados Unidos.
En respuesta, ordenó al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, diseñar un “Plan B” con medidas represalias, aunque no se aplicaría de inmediato, y no hubo necesidad de hacerlo porque siempre mantuvo la “cabeza fría”.
Tras una llamada clave el 3 de febrero, Sheinbaum negoció una pausa de un mes en los aranceles a cambio de desplegar 10 mil agentes de la Guardia Nacional en la frontera para combatir el narcotráfico y la migración.
Esta decisión fue vista como un éxito diplomático, aunque generó críticas en México, por parte de la oposición, por la militarización de la frontera.
Trump intensificó su retórica sobre deportaciones masivas, lo que llevó a Sheinbaum a implementar el programa “México te abraza”, ofreciendo apoyo legal a migrantes en Estados Unidos y beneficios sociales, bonos, becas, seguro, para repatriados voluntarios.
Además, fortaleció la red consular mexicana para brindar asesorías. La presidenta destacó una reducción del 76% en cruces migratorios desde diciembre de 2023, usando datos para contrarrestar las críticas de Trump y desmentir sus afirmaciones en redes sociales.
ENTRE EL
GOLFO Y AMÉRICA
Un momento de tensión simbólica ocurrió cuando Trump propuso renombrar el Golfo de México como “Golfo de América”. Sheinbaum respondió con ironía, sugiriendo que Estados Unidos podría llamarse “América Mexicana”, citando mapas históricos.
Esta réplica, ampliamente celebrada en México, reforzó su imagen como una lideresa firme y astuta, capaz de responder al republicano sin escalar el conflicto.
Durante una cumbre en Miami el 19 de febrero, la elogió como “una mujer maravillosa” y respaldó una campaña mexicana contra el consumo de drogas, prometiendo 100 millones de dólares para replicarla en Estados Unidos.
La presidenta calificó la llamada como “excelente y respetuosa”, destacando coincidencias en resultados conjuntos.
En abril, la vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó que la relación era “bastante buena” y que Sheinbaum había tomado “pasos significativos” contra el crimen. El mandatario estadounidense también moderó su tono, declarando que no quería dañar a México con aranceles y elogiándola como “muy inteligente, elegante”.
La presidenta enfatizó los resultados de su Estrategia Nacional de Seguridad, con 40 toneladas de droga decomisadas, incluyendo 20 millones de dosis de fentanilo, y 10 mil detenciones de criminales entre septiembre y diciembre de 2024.
En marzo de 2025, México extraditó a 29 criminales buscados por Estados Unidos, un gesto que fortaleció la cooperación, aunque Sheinbaum lo enmarcó como parte de su estrategia de seguridad nacional.
La cooperación incluyó operaciones conjuntas, como vuelos de drones de la CIA en México para localizar laboratorios de fentanilo, aunque Sheinbaum minimizó su alcance.
Sin embargo, la designación de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por Estados Unidos, 20 de febrero pasado, generó críticas en México, a las que la presidenta respondió con cautela para evitar un conflicto mayor.
La relación entre Sheinbaum y Trump en los primeros cien días de su presidencia refleja un delicado equilibrio entre confrontación y cooperación. Sus respuestas firmes, como el rechazo a las acusaciones de complicidad y el “troleo” sobre el Golfo de México, consolidaron su apoyo doméstico y proyectaron fortaleza.