• La Verdad del Sureste |
  • Jueves 12 de Junio de 2025

Los de abajo

Una genuina preocupación es aprovechada políticamente por los mismos de siempre.
 

HAY DE TODO EN EL RECHAZO
 

La oposición al museo proviene principalmente de ciudadanos, colectivos ambientalistas y defensores del legado de Carlos Pellicer, quienes han expresado su oposición a esta obra, y llevaron su protesta a plataformas como Change.org y grupos como “No al proyecto museo nacional Olmeca en el Parque Tomás Garrido”.
 

Han denunciado que el proyecto se anunció sin una consulta pública adecuada, generando desconfianza. Colectivos como Comprometidos con la Tierra han calificado la obra como “insostenible” y han exigido un censo ciudadano para decidir si se debe proceder con la construcción.
 

Algunos opositores, han señalado que la controversia se ha politizado, lo que ha generado división entre los movimientos ciudadanos. Esto ha llevado a la organización de marchas separadas, como una convocada desde el MUSEVI hasta la Plaza de Armas, el sábado pasado y que no tuvo mayor respuesta ciudadana.
 

Los intereses políticos afectan el interés genuino de los ambientalistas al polarizar el debate, fragmentar los movimientos ciudadanos y desviar la atención de las preocupaciones ambientales hacia narrativas partidistas.
 

Cuando figuras políticas, como los dirigentes estatales del PRI y PRD o Lorena Beaurregard, con agendas partidistas se suman a la oposición, estos argumentos quedan opacados, haciendo que el movimiento ambientalista parezca menos técnico y más ideológico, interesado en conseguir algún beneficio político.

Publicado el:


La controversia en torno al proyecto del Museo Nacional de la Cultura Olmeca, ha generado un intenso debate entre autoridades, ciudadanos, ambientalistas y defensores del patrimonio cultural, que ha permitido también a los oportunistas y adversarios de este gobierno meter su cuchara para sacar raja política.
 

Este proyecto, impulsado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Gobierno de Tabasco, busca resguardar 33 piezas arqueológicas olmecas, incluyendo las icónicas cabezas colosales, actualmente expuestas al aire libre en el Parque Museo La Venta, y posicionar a Tabasco como un referente cultural y turístico.
 

Sin embargo, la propuesta ha enfrentado una fuerte oposición debido a preocupaciones ambientales, culturales y sociales. Algunas, genuinas, auténticas; las más, interesadas y relacionadas con intereses mezquinos.
 

Algunos ambientalistas han utilizado el rechazo al museo para posicionar agendas políticas locales, asociando el proyecto con decisiones centralizadas o con el partido en el poder, lo que desvía la atención de los argumentos técnicos sobre biodiversidad y sostenibilidad.
 

La politización puede hacer que las preocupaciones ambientales, como la posible tala de árboles o la afectación de la biodiversidad en la Laguna de las Ilusiones, sean vistas como pretextos políticos, lo que resta credibilidad a los argumentos de los ambientalistas genuinos.
 

El Museo Nacional de la Cultura Olmeca es un proyecto anunciado por el INAH y el gobierno estatal. La iniciativa contempla la construcción de un museo de 14 mil 700 metros cuadrados en la zona del Parque Museo La Venta.
 

Se busca resguardar piezas arqueológicas, como altares, estelas y cabezas colosales (fechadas entre 1300 y 200 a C), que actualmente están expuestas a la intemperie en el Parque Museo La Venta, donde sufren deterioro por factores climáticos y humanos, como un ataque vandálico a una cabeza olmeca, hace varios años.
 

La UNESCO ha sugerido reubicar estas piezas en un espacio controlado para protegerlas de inundaciones, humedad y otros daños. El museo busca exaltar la importancia de la cultura olmeca, considerada la “cultura madre” de Mesoamérica, y posicionar a Tabasco como un destino cultural de relevancia internacional.
 

El proyecto pretende recuperar la visión del poeta tabasqueño Carlos Pellicer Cámara, quien creó el Parque Museo La Venta en 1957 como un “parque-poema” para proteger y exhibir estas piezas.
 

El museo sería el primer museo nacional construido en México en 61 años, desde el Museo Nacional de Antropología en 1964, y se plantea como un espacio moderno que combina la preservación del patrimonio con la integración de la flora y fauna local, respetando el entorno natural de la Laguna de las Ilusiones.
 

Las autoridades, encabezadas por el INAH, el gobierno estatal y la Secretaría de Cultura de Tabasco, defienden el proyecto. Aseguran se trata de conservar el patrimonio arqueológico, y pretende posicionar al estado como un referente en la preservación de la cultura olmeca, atrayendo turismo nacional e internacional. Se espera que impulse la economía local y fortalezca la identidad cultural.
 

El gobierno asegura que cumplirá con la normatividad ambiental y que el Parque Museo La Venta no será alterado, sino protegido.