1.- Un éxito policiaco: cayeron los asesinos del empresario Mario Peralta, pero los gritones no reconocieran ese hecho
2.- Peralta Fócil se desmarca de su antecesor en el OSFE. Su gestión será más de territorio que de escritorio
3.- No habrá tolerancia ni impunidad para los agentes de tránsito e inspectores que extorsionen
LA NOTICIA DE LA CAPTURA DE LOS ASESINOS del empresario Mario Peralta Jiménez no tuvo la misma resonancia que la profusa difusión de las condenas e indignación que causó este lamentable crimen el jueves pasado. Pocos medios lo destacaron, le dieron la importancia que tiene el hecho de que se cumplió lo que prometió el gobernador Javier May Rodríguez: que no quedaría impune. Ahora se saben detalles de cómo operaba una banda de asaltantes de cuentahabientes para robarles el dinero que sacaban del banco. La policía actuó rápido, se utilizó la inteligencia para su arresto.
NO SE TRATÓ DE UN HECHO FORTUITO, sino una respuesta inmediata de la autoridad ante un hecho condenable como lo es privar de la vida a una persona para despojarla de su patrimonio. La oposición, mezquina y carcomida por el resentimiento, jamás va a reconocer estos aciertos. Y los que se supone son de casa, también están en la misma sintonía, como el senador Óscar Cantón Zetina, quien ha tenido la desfachatez de decir que si el gobernador no puede que mejor renuncie. Es tanto el odio que le tienen al gobernador que hasta dan como cierta la fantasiosa “hipótesis” del puerquito valiente, Manuel Andrade Díaz, quien según su sesudo “análisis” en Tabasco ya se “cocina” el relevo gubernamental. Como decía AMLO: “tonto es quién cree que el pueblo es tonto”.
EL FISCAL SUPERIOR, JUAN JOSÉ PERALTA FÓCIL está marcando diferencias en el OSFE. Ante la necesidad de desmarcarse de su antecesor y de restaurar la imagen del organismo, dañada por la corrupción, lo más pronto posible, le está imprimiendo un sello distinto al trabajo de fiscalización. Hará más trabajo en territorio que desde el escritorio. Esto es, fiscalizarán los recursos públicos y las obras de infraestructura, porque no basta con la revisión documental sino tienen que verificar que lo que está plasmado en el papel es lo que realmente se hizo.
EN EL SEXENIO PASADO SE REFORMÓ A LA LEY de Fiscalización para suprimir la facultad que tenían los diputados de acudir a los municipios a realizar una inspección física de las obras. De eso modo, se permitió que los auditores enviados por el OSFE llegaran a acuerdo en lo oscurito con los alcaldes para maquillar y ocultar malos manejos y obras fraudulentas. Así, el informe de resultados quedaba como la versión única e inamovible del OSFE. Y a pesar de que no está en la ley, acompañarán a los auditores una comisión de diputados para realizar el trabajo de fiscalización. Es el prestigio el que estará en juego en esta tarea. No creemos que el fiscal superior quiera darse un tiro en el pie. La encomienda es combatir la corrupción y se tiene que cumplir sí o sí.
SOBRE AVISO NO HAY ENGAÑO, AQUEL INSPECTOR que quiera pedir el famoso “moche”, como se hacía en los tiempos de “Chicho Oropeza”, cuando la Secretaría de Movilidad era algo así como la cueva de “Alí Babá y los 40 ladrones”, no sólo será destituido sino que tendrá que atenerse a las consecuencias legales. Ayer lo dejó muy claro el gobernador: habrá cero impunidad para agentes de tránsito e inspectores que extorsionen a ciudadanos o transportistas. Por ello pidió a los ciudadanos denunciar cualquier intento de soborno o extorsión por parte de estos servidores públicos. No se tolerarán actos de corrupción y si se comprueba que un tránsito o un inspector pidió moche será sancionado y despedido. Ya era hora que se metiera en cintura a estos extorsionadores.
DESDE EL TAPANCO
SEGURAMENTE DOS PERSINAJES NO ESTARÁN en las boletas del 2027. Se trata de Rubén Arcide y Guillermo Narváez. Porque seguramente con la inauguración de las “minibibliotecas de la honestidad” hacen una labor ética y no están buscando cargos de elección popular. Aunque desde Bertruy les late fuerte.