La Semana 16 de la NFL confirmó lo que se venía anunciando desde hace semanas: la liga entra en su tramo más crudo, donde cada error pesa como una eliminación y cada victoria puede cambiar el destino de una franquicia. Ya no hay margen para especular; los equipos contendientes empiezan a mostrar su verdadero rostro.
Seattle y Los Ángeles protagonizaron el partido más vibrante de la jornada. En un duelo cargado de dramatismo, los Seahawks salieron con vida en tiempo extra ante unos Rams que dejaron escapar una ventaja que parecía definitiva. Fue uno de esos juegos que explican por qué la NFL es el espectáculo deportivo más impredecible del mundo.
En la AFC, los Patriots dieron un golpe de autoridad al imponerse a Baltimore. No fue un triunfo brillante, pero sí uno de esos que definen temporadas: ejecución en los momentos clave y una defensa que respondió cuando más se le exigió. Del otro lado, los Ravens volvieron a exhibir inconsistencias que generan dudas justo cuando el calendario aprieta.
Houston continúa siendo una de las historias más sólidas del cierre de campaña. Su victoria ante Raiders no solo alargó una racha positiva, también reafirmó que los Texans ya no son una sorpresa, sino un equipo serio que sabe cerrar partidos. Las Vegas, en contraste, parece resignado a jugar por orgullo.
Minnesota cumplió con lo justo frente a unos Giants que siguen atrapados en la indefinición. Fue un partido cerrado, pero suficiente para que los Vikings se mantengan con vida en la pelea, mientras Nueva York ya piensa más en abril que en enero.
Buffalo sacó un triunfo complicado ante Cleveland, uno de esos juegos que no lucen en el marcador, pero que pesan en la tabla. Los Bills saben que, si quieren aspirar alto, deben ganar incluso cuando el plan no sale perfecto.
Jacksonville y Pittsburgh fueron otros de los grandes beneficiados de la semana. Los Jaguars sorprendieron a Denver y recordaron que siguen siendo un rival incómodo, mientras que los Steelers, fieles a su estilo, ganaron un partido físico que los mantiene respirando en la carrera por los playoffs.
La Semana 16 dejó un mensaje claro: no todos los equipos que brillan a mitad de temporada saben responder cuando llega la hora decisiva. Algunos crecen bajo presión, otros se diluyen cuando el escenario exige carácter. Con la postemporada cada vez más cerca, la NFL entra en su fase más despiadada… y también la más apasionante.
