La dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján estuvo este viernes en Tabasco. Vino a revisar el trabajo de afiliación y otros asuntos locales. En esta ocasión no la acompañó Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización e hijo de AMLO, envuelto en polémicas tras su viaje a Japón y por la presunta adquisición de una obra de arte contemporáneo de la artista plástica nipona Yayoi Kusama, valuada en 30 mil dólares.
En su encuentro con la prensa, dos preguntas fueron inevitables: el caso Hernán Bermúdez Requena y Adán Augusto López Hernández, relacionados entre sí por lazos de amistad, la relación laboral ¿y de negocios?, entre ambos y que son indisolubles, no obstante, el senador se ha empeñado en desmarcarse del presunto líder criminal.
Alcalde Luján no rehuyó los cuestionamientos, pero fue cuidadosa al responder las preguntas de los reporteros que cubrieron la rueda de prensa a la que los convocaron en el hotel donde se llevó a cabo el cónclave de Morena.
Sobre el exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, preso en el penal de máxima seguridad El Altiplano, acusado por los presuntos delitos de asociación delictuosa, extorsión y secuestro agravado, imputados por la FGE, más otra acusación de la FGR por delincuencia organizada, la dirigente nacional morenista destacó que fueron los gobiernos federal y estatal quienes iniciaron el procedimiento legal en contra del denominado “Comandante H” o “El Abuelo”.
Aseguró que este caso es la prueba “más fiel” de que en su partido se actúa contra la corrupción, “porque hay que dejar bien clara la línea entre el gobierno y la delincuencia”, esa línea que se perdió cuando Jaime Lastra y Adán Augusto decidieron nombrarlo director de la Policía de Investigación de la Fiscalía General del Estado y titular de la SSPC, en 2019, y hasta ahora no se ha fincado una responsabilidad a los autores de esos nombramientos a pesar del daño que causaron a Tabasco, con los actos delictivos cometidos, y al Estado con el robo de combustible.
Alcalde Luján informó que Bermúdez Requena, quien se afilió a Morena en 2023, ya fue expulsado de ese partido por sus vínculos con criminales y por haber traicionado los principios del movimiento de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo.
Sobre Adán Augusto, la dirigente nacional no se salió del guion que han seguido las autoridades federales: contra el exgobernador y exsecretario de Gobernación no hay ninguna carpeta de investigación, y ante la insistencia de los reporteros declaró que para actuar en ese sentido tiene que haber una acusación, pruebas en su contra para que se “puedan iniciar las investigaciones”.
Acerca de su renuncia como coordinador de la bancada de Morena en el Senado y, por tanto, presidente de la Junta de Coordinación Política, se salió por la tangente: eso les compete directamente a los senadores y no a su partido.
Insistió en que no hay pruebas de que López Hernández tenga relación o vínculos con el grupo criminal “La Barredora” que era comandando por Bermúdez Requena, cuya importancia fue extrañamente minimizada por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Omar García Harfuch, a pesar de todo lo que se ha publicado en la prensa nacional sobre el área de influencia que tenía desde Veracruz hasta Guatemala.
Alcalde Luján aseguró que el que cometa actos de corrupción se van a investigar “hasta sus últimas consecuencias”. Ahí están las declaraciones controvertidas de López Hernández para tratar de justificar los ingresos millonarios que tuvo en 2023 y 2024, 79 millones de pesos y que el SAT sacó a relucir porque no pagó el correspondiente ISR.
Primero dijo que esos ingresos fueron por asesorías, y después, por la venta de ganado, que mensualmente vendía 150 reses, algo fuera de la realidad, a decir por los propios ganaderos locales, quienes aseguran a lo mucho un productor puede embarcar 50 cabezas, de modo que ahí hay algo que no cuadra y que, hasta ahora, el SAT no ha profundizado o al menos no se ha hecho público que se esté investigando lo dicho por el senador.
NO HABRÁ IMPUNIDAD, PERO…
Según la dirigente nacional de Morena para acusar a alguien tiene que haber pruebas, pero qué mas pruebas que las propias declaraciones contradictorias del senador. Si dice que no habrá “impunidad ni complicidades” con nadie, pues será solo de palabra, porque en los hechos muchos piensan que se está protegiendo a Adán Augusto.
Si señala que “sin distinción de militantes se tiene que investigar a quien traicione la confianza de los mexicanos”, es tiempo de que pasar de las palabras a los hechos, aunque ella insista en que
“debe haber pruebas de que hubo actos de corrupción para que se abra una investigación y eso lo tenemos que tener claro todos, se trate o no de compañeros que estén en nuestro movimiento”.
Según ella, Morena no es “el PRIAN donde se levantaba el teléfono y se decía: ´ahí échale piedritas a ese expediente´. No hay cabida a la impunidad”.
Analistas describieron a Adán Augusto como un “cadáver político caminante” debido a escándalos que lo debilitan moral y políticamente. Sin embargo, su posición lo convierte en un riesgo potencial para la presidenta Claudia Sheinbaum, ya que podría priorizar agendas personales en el Congreso si las presiones aumentan."
Consideran que la presidenta Claudia Sheinbaum lo mantiene en el cargo para evitar una fractura mayor en Morena, pero su relegación en actos oficiales sugiere que busca erosionar su influencia gradualmente.
Si la FGR avanza o surgen más filtraciones periodísticas, podría convertirse en un último insostenible, forzando una salida que exponga divisiones internas. Analistas han coincidido en señalar que el dilema para Sheinbaum es si "el clavo", Adán Augusto, vale la pena para no mover el reino.
La dinámica podría aumentar en el actual periodo legislativo, donde su agenda choca con la de la presidenta.