La detención el pasado domingo de un adolescente de 14 años en la ranchería Corregidora, municipio de Centro, ha encendido las alarmas sobre el reclutamiento de menores por el crimen organizado.
 
Este caso, en el que el joven portaba una subametralladora Uzi, plantea una pregunta inquietante: ¿es una excepción o un indicio de que la participación de menores en actividades ilícitas se está normalizando?
 
Mientras los gobiernos federal y estatal combaten la inseguridad, también implementan políticas sociales para abordar las causas estructurales de la violencia. Programas como becas educativas, centros comunitarios y actividades deportivas buscan ofrecer a niños y jóvenes alternativas para estudiar, desarrollarse y alejarse de conductas delictivas.
 
Sin embargo, la proliferación de los denominados “niños sicarios” preocupa a expertos y autoridades. Un reportaje publicado el lunes 13 de octubre por El Universal documenta que las detenciones de menores vinculados a grupos criminales son cada vez más frecuentes en México.
 
En el caso de Corregidora, el adolescente, identificado como Derek Jair “N”, alias “El Niño Sicario” o “El Niño Piedra”, está presuntamente relacionado con delitos de alto impacto como secuestros, homicidios y extorsión.
 
Durante el operativo de la Fuerza Interinstitucional de Reacción Táctica (FIRT) Olmeca, del comando Tiburón, en la carretera Villahermosa–La Isla, se le decomisó una subametralladora Uzi calibre 9 mm, marca Intratec, posiblemente una variante tipo TEC-9, con 23 cartuchos útiles.
 
La Uzi, diseñada para combate, dispara hasta 600 disparos por minuto y es letal en cualquier contexto, pero en manos de un menor resulta particularmente peligrosa. Expertos destacan que los adolescentes carecen de la madurez, formación y juicio necesarios para manejar un arma de este tipo, lo que aumenta el riesgo de tragedias.
 
En este caso, el menor intentó disparar contra los agentes para huir, pero un atasque en el arma –un fallo común en entornos húmedos o polvorientos como Tabasco– evitó un enfrentamiento armado, permitiendo su captura sin heridos.
 
Junto al menor fue detenido José Asunción “N”, alias “El Chuncho”, de 37 años, presunto operador de una célula delictiva bajo órdenes de un líder encarcelado en el Centro de Reinserción Social de Tabasco (CRESET), conocido como “El Chicle”.
 
En una mochila negra se encontraron dosis de marihuana y cristal, cartuchos adicionales y cartulinas con mensajes amenazantes para extorsión o “cobro de piso”. Además, el celular del menor contenía videos incriminatorios, incluyendo grabaciones de una mujer secuestrada y evidencia de un homicidio, con un cuerpo presuntamente enterrado en una casa de seguridad.
 
Estos hallazgos lo vinculan directamente a secuestros, asesinatos, extorsión y narcomenudeo en zonas como La Isla, Centro y Paraíso, donde la célula intimidaba a comerciantes y quemaba propiedades de quienes se negaban a pagar.
 
Ambos detenidos fueron puestos a disposición de la Fiscalía General del Estado (FGE) y, en el caso del menor, de la Fiscalía Especializada en Justicia Penal para Adolescentes. Mientras el adulto enfrenta cargos en el sistema penal común, el adolescente será procesado bajo la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, con medidas socioeducativas que podrían extenderse hasta los 21 años debido a la gravedad de los delitos, incluyendo la posesión de un arma exclusiva del Ejército. Es lo que se ha informado.
 
UN LLAMADO DE ATENCIÓN
 
En la conferencia matutina de este martes, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abordó este caso, en la que subrayó la prevención como pilar de su estrategia de seguridad. "Nos duele como nación ver a un niño de 14 años con un arma en lugar de estar en la escuela. La detención en Tabasco refleja la coordinación federal-estatal, pero no basta con capturas; debemos evitar que más jóvenes caigan en estas redes. El crimen usa a menores por la protección legal que tienen, pero eso no es excusa para descuidar la reinserción", afirmó.
 
Sheinbaum anunció un Plan Nacional contra el Reclutamiento Juvenil en el Crimen Organizado, inspirado en su programa “Pilares” de la Ciudad de México cuando era jefa de Gobierno.
 
Este plan, con una inversión de 15 mil millones de pesos, incluye ampliación de la Beca Benito Juárez para 500 mil nuevos beneficiarios en zonas vulnerables, cubriendo uniformes y transporte; creación de 200 centros comunitarios “Pilares” para actividades culturales, deportivas y de capacitación laboral, y el fortalecimiento de la Guardia Nacional y programas de mentores comunitarios para identificar a jóvenes en riesgo.
 
La presidenta también criticó la proliferación de armas como la Uzi debido al tráfico ilegal, atribuido a “la permisividad de gobiernos anteriores”. Destacó que la colaboración con Estados Unidos y los operativos de la Guardia Nacional han aumentado los decomisos, pero insistió en que “la solución de fondo es social: combatir la pobreza y generar oportunidades”.
 
Sheinbaum vinculó el caso a su informe trimestral de seguridad, reportando una reducción del 18% en homicidios en Tabasco.
 
Especialistas en criminología y derechos de la infancia, advierten que el reclutamiento de menores es un problema estructural.
 
Factores como la pobreza, la falta de oportunidades y la glorificación de la violencia en redes sociales y videojuegos –como TikTok y Call of Duty– facilitan que los carteles cooptan a adolescentes, manifestaron.
 
                             
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                             
                            