Las elecciones intermedias de 2027 serán decisivas en el futuro del estado. Este desafío no lo representa la oposición tabasqueña, sino la interna que subyace en Morena. En ese proceso electoral, se enfrentarán dos proyectos opuestos: el que encabeza el gobernador Javier May Rodríguez y el que lidera el senador Adán Augusto López Hernández, adversarios políticos históricos.
 
Esa rivalidad política proviene de cuando ambos militaban en el PRD, cuando ese partido estaba bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador y representaba los intereses del pueblo y defendía las causas populares.
 
Eran como el agua y el aceite: no se mezclaban. Javier, una figura política forjada en la lucha social y en el trabajo pastoral de la iglesia que prefirió la opción por los pobres y los necesitados. Hombre de ideas progresistas.
 
Adán, priista de toda la vida. Formado políticamente en el viejo PRI del cohecho, la corrupción, el nepotismo y la impunidad. Acostumbrado a comprar lealtades, al juego sucio y traicionero.
 
En 2018, al ganar la gubernatura, tomó por asalto el poder para encumbrar a lo peor de ese partido en tiempos de Roberto Madrazo. No gobernó Morena; gobernaron los gurriistas y madrazistas.
 
En 2012 el PRI perdió el control del estado frente al PRD, y seis años después lo recuperaron con Adán Augusto. Y ya vimos lo que pasó: Tabasco lo convirtió en un narcoestado e institucionalizaron la corrupción. Un gobierno que no creó programas sociales, sino que borró los que dejó su antecesor y se colgó de los apoyos sociales del gobierno federal. Hacía caravana con sombrero ajeno.
 
La única obra de infraestructura que construyó el gobierno de Adán Augusto resultó un fiasco, un monumento a la corrupción. Ahora sabemos que utilizó el cargo para favorecer a empresarios amigos, socios y clientes de su notaría, señalada recientemente por avalar empresas fachada del clan Bermúdez Requena y, para colmo, las que participaron en la “Estafa Maestra”.
 
En 2021, en el tercer año de su administración, el expresidente Andrés Manuel López Obrador lo invitó a sumarse a su gobierno como secretario de Gobernación. AMLO pudo haber tomado esa decisión por varias razones.
 
La principal: sacarlo de Tabasco para no complicar la sucesión gubernamental, como sucedió con la candidatura y triunfo de Javier May Rodríguez. Como secretario de Gobernación se sintió poderoso, presidenciable. Le mostró la zanahoria y cayó.
 
No solo no fue candidato presidencial, sino que perdió el control político de Tabasco, el que creyó que el estado estaba escrito a su nombre.
 
VAN CON TODO Y CON LOS MINIPARTIDOS
 
Por eso, desde que inició Javier May su gobierno, el grupo político adancista ha mantenido una campaña soterrada para afectar su imagen y sembrar la idea de que no sabe gobernar, que es incapaz de resolver los problemas del estado, que es una administración improvisada y otras descalificaciones más.
 
Ellos van por todo en 2027. Al interior de Morena, tratarán de imponerse a toda costa para colocar a los suyos en candidaturas a alcaldes y diputados locales, con miras a la gran batalla de 2030.
 
No es el único frente en el que lucharán para arrebatarle el poder a Javier May. Utilizarán a los partidos opositores para colocar candidatos a puestos de elección popular. El caso es arrinconar al grupo gobernante, restarle poder e influencia, es decir, debilitarlo para poder derrotarlo en 2030 y recuperar lo que ellos consideran que es suyo por derecho propio, lo que significaría el retorno de la corrupción, los privilegios, el enriquecimiento ilícito, pactar con la delincuencia organizada y otros males más.
 
Para eso están el PRI y el Movimiento Ciudadano, principalmente, inclusive el PT, para recibir a los adancistas que no logren candidaturas o que estratégicamente serán enviados para enfrentar a los candidatos de su grupo rival en las urnas.
 
No hay que olvidar que son lo mismo, que tienen el mismo origen y representan lo peor de la política local.
 
Ya veremos de qué cuero salen más correas. Falta ver qué pasará con el futuro del senador López Hernández, después de todo lo que se ha publicado en la prensa nacional y extranjera sobre su riqueza inexplicable, si para cuando inicie formalmente el proceso electoral local, dentro de un año, sigue siendo una amenaza latente con poder o un mal recuerdo de lo que nunca más se debe repetir en el estado.
 
                             
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                             
                            