En la discusión pública sobre la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) ha habido más mentiras que verdades por parte de la oposición y detractores de la presidenta Claudia Sheinbaum.
 
Las recientes inundaciones en cinco estados del país, como consecuencia de lluvias torrenciales y desbordamientos de ríos, trajo el tema nuevamente a colación, para atacar con furia al gobierno federal con una narrativa que raya en el insulto y la descalificación, como si les alegrara la desgracia de miles de personas que perdieron bienes y seres queridos, como el empresario Ricardo Salinas Pliego, quien se atrevió a escribir en su red social X: “disfruten lo votado”, lo que evidenció la insensibilidad y la falta de humanismo del dueño de TV Azteca, televisora que se ha dedicado a desinformar sobre esta tragedia con tal de golpear a la presidenta.
 
Y en el centro de la discusión está el FONDEN, fideicomiso creado en 1999 en el gobierno del expresidente Ernesto Zedillo, y desaparecido por el expresidente Andrés Manuel López en 2020, porque el manejo de esos recursos era opaco y propenso a la corrupción.
 
Cuando fueron creados por Zedillo, tenía como objetivo principal apoyar la reconstrucción y atención a los desastres naturales, como huracanes, sismos o inundaciones, pero no la respuesta inmediata de emergencia.
 
Su presupuesto anual rondaba los 7.9 mil millones de pesos en sexenios anteriores, pero el gobierno de la 4T lo reemplazó por una partida presupuestal directa en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), gestionada por la Secretaría de Hacienda (SHCP), con énfasis en transferencias directas a damnificados vía censo y programas como el de Bienestar.
 
Esto se hizo así, porque en los gobiernos del PRI y del PAN los apoyos no llegaban a los damnificados o llegaban a cuenta gotas; los encargados de su manejo se aprovechaban para hacer negocio; hubo casos en los que los recursos fueron desviados para otros fines.
 
El debate se intensificó esta semana por las inundaciones en Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí, que dejaron al menos 66 muertos y 75 desaparecidos hasta la fecha.
 
Predomina más la mentira en el discurso opositor cuando aborda este asunto. La verdad nunca ha sido su fuerte. La extinción del FONDEN se ha convertido en un arma retórica del PRI y del PAN, principalmente, así como de medios alineados a la derecha y el conservadurismo.
 
El FONDEN, les guste o no, sí propició la corrupción, y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) lo ha constatado. Ha documentado desvíos por cientos de millones en sexenios del PRI y del PAN.
 
Por ejemplo, en 2017, en el gobierno de Peña Nieto, se detectó irregularidades en contratos por sismos y huracanes, con compras sobrevaloradas, hasta 300% más caras, y falta de comprobación.
 
En total, entre 2011 y 2018, se estiman desvíos de hasta 200 mil millones de pesos en fondos similares, según reportes de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), cuyo principal financiador, Claudio X. González, se ha sumado a ese coro que propaga mentiras sobre el FONDEN.
 
El FONDEN fue una "caja chica" para gobiernos de PRI (1999-2018) y PAN (2000-2012), con desvíos estimados en miles de millones vía contratos sobrevalorados, empresas fantasma y falta de licitaciones.
 
Al heredar el fideicomiso en 2018, tenía una deuda neta de 13 mil 123 millones de pesos, pasivos por sismos de 2017 y huracanes, pero también activos: en agosto de 2020, registraba 4 mil 911 millones disponibles, según la SHCP. Era un esquema burocrático que demoraba la ayuda, hasta meses para liberar fondos.
 
RASURABAN LA BOLSA DE AFECTADOS
 
En el periodo del PRIAN los recursos del FONDEN no llegaban a los afectados y que era prácticamente un barril sin fondo; se robaban entre 3 y 5 millones por desastre, según estimaciones.
 
Pero hoy, esos partidos critican el "abandono" a la población afectada por fenómenos naturales y acusan reducciones presupuestales para la ayuda en casos de emergencia, como la que se presentó el fin de semana pasado, pero sus dirigentes omiten su propio historial de corrupción en el FONDEN.
 
Por ejemplo, el PAN acusa "indefensión", pero en 2013, durante el gobierno de Felipe Calderón, se desviaron fondos para los huracanes Ingrid y Manuel.
 
Está claro que la oposición utiliza la tragedia para mentir descaradamente y lucrar con el dolor ajeno, lo cual resulta reprobable, porque ninguno de esos políticos ha recolectado ni una lata de atún para los damnificados.
 
En la conferencia matutina de este miércoles, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió la extinción del FONDEN como una medida contra "burocracia y corrupción" heredada de gobiernos anteriores. Criticó que ese fondo "se aprovechaba de la tragedia para beneficiar a amigos" y que "no tenía dinero, solo deudas".
 
                             
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                             
                            