@UTufigno
Antediluviano: dícese de lo que es anterior al diluvio universal bíblico. Monstruo: dícese del ser que tiene alguna anormalidad del orden natural y de apariencia temible. Monstruo antediluviano: ser temible anterior al diluvio universal.
Según la paleontología y las ciencias naturales, los grandes dinosaurios se extinguieron hace millones de años; sólo unas especies -más pequeñas- lograron sobrevivir al cataclismo que modificó el hábitat en la Tierra. Pero el hecho de que las especies sobrevivientes sean de menor tamaño no significa que hayan cambiado su naturaleza.
De acuerdo a los relatos bíblicos, ocurrió un gran diluvio universal, evento del que también dan cuenta diversas culturas de todos los continentes. La fecha es incierta, aún para las tradiciones cristianas, pero al hacer un cálculo a partir de las fechas conocidas en la Biblia, el diluvio debió suceder hace alrededor de entre tres mil quinientos y cuatro mil años.
No pocos investigadores y aficionados a los fenómenos extraños se han preguntado si es posible que, después de millones de años, exista algún gran dinosaurio que haya sobrevivido al cataclismo, primero, y al diluvio, después. Quienes suponen que sí es posible, señalan al mítico monstruo del Lago Ness, en Escocia, o al Mokele-Mbembé, en el Congo.
Se equivocan. La evidencia se encuentra en la Ciudad de México, en la zona de Buenavista, y no en el Museo de Geología de la UNAM que -vaya coincidencias- está a unos pasos de la sede del PRI nacional.
A una semana de que inicie oficialmente el proceso electoral 2018, Emilio Gamboa debió observar muy divertido desde su curul cómo los senadores panistas se enfrascaban en un pleito interno por la designación de Ernesto Cordero, ex Secretario de Hacienda con Felipe Calderón, como Presidente de la Mesa Directiva del Senado.
A la ovación que le expresaban desde las bancadas del PRI y del PVEM, contestaban con abucheos desde la bancada del PAN. Las voces levantadas lo increpaban y lo acusaban de traición a su partido. ¿A su partido?, pregunto. No me queda muy claro que Ernesto Cordero haya traicionado a su partido porque ellos, en conjunto, aprobaron las reformas propuestas por Enrique Peña. Si hubo alguna traición, en todo caso, fue a la Constitución.
El sainete que vimos en el Senado sólo vino a confirmar que los grandes dinosaurios, encabezados en este caso por Emilio Gamboa, siguen vivos, que están dispuestos a dar la batalla por el 2018 y que van a emplear cualquier recurso para sacar provecho de las ambiciones personales de panistas y perredistas, y tal vez de algún morenista.
Luego vendrán los arrepentimientos, como el de Ricardo Anaya, quien dijo que no valoró debidamente la reforma constitucional que votó a favor en diciembre de 2013 y que le abre la puerta al Procurador Raúl Cervantes para que éste se convierta –vía “pase automático”- en el primer Fiscal General de la República.
Tanto Ricardo Anaya, presidente del panismo nacional, como Rafael Moreno, gobernador panista de Puebla, habían recibido previamente un par de misiles que resquebrajaron sus aspiraciones presidenciales para el 2018. Al primero lo exhibieron con propiedades inmobiliarias de él y de su familia, al segundo lo acusaron de espiar a políticos, Peña Nieto incluido. Apenas un coletazo del monstruo. Ni aguantan nada.
Esta jugada de los tricolores pareciera fortalecer a la dupla formada por Felipe Calderón –“rey de copas”- y Margarita Zavala. Calderón gana porque su grupo se apodera de la directiva del Senado por lo meses restantes y Margarita ganaría porque le quitan del camino a sus principales adversarios, aunque en realidad su mayor obstáculo duerme con ella.  
    Si alguien tenía duda de la existencia de algún acuerdo entre Calderón y Peña en las elecciones de 2012, los movimientos que acabamos de ver deberían ser la prueba inobjetable de que un acuerdo inverso podría estarse tejiendo, o quizá es sólo la muestra de la perversidad del viejo dinosaurio que utiliza sus fichas a su entera conveniencia.
A diferencia de las elecciones del 2000, en que Ernesto Zedillo poco o nada metió las manos en el proceso electoral, algo que no le perdonan los priistas, y que hubo un árbitro respetable, las elecciones del año próximo se darán en un escenario diferente: un dinosaurio dispuesto a sobrevivir y un árbitro cuestionado.   
           
 
                             
                     
                     
                     
                     
                     
                    